Organización y anarquía

 

::: {data-align=”justify”} En el libro que recensionamos las menciones a la organización abarcan sólo un pequeño capítulo, nosotros, sinembargo damos a la organización el mayor grado de importancia que se le puede dar; anarquismo no es caos, ni mucho menos; anarquismo es organización; ahora, nunca una organización jerarquizada, o de única respuesta, el anarquismo genera abundancia y multicidad de opciones, genera riqueza y variacíon de situaciónes, sabido es que esto puede tener inconvenientes pero la pobreza de alternativas sólo nos hace más vulnerables, y ello ya fue puesto de relieve por Humbold con su «variedad de situaciones». :::

::: {data-align=”justify”} Uno de estos tópicos con los que carga la concepción anarquista es que genera caos y desorden y que se funda en una falta total de organización, volvemos a la concecpción estrictamente negativa de esta doctrina, an-arquismo, parece que sólo exige una posición de oposición destructiva, nada de eso, no en vano una de las consignas del movimiento anarquista era «organización y propaganda» y esto es, este es el quid de la cuestión, aunque nosotros diremos mejor «organización y comunicación» pero adivirtiendo que no son cosas distintas, no, afirmaremos el término comunicación performativa, o lo que es lo mismo comunicación organizante. :::

::: {data-align=”justify”} por tanto el anarquismo rechaza el papel organizante del poder y se lo otorga a la comunicación, no en vano, ya lo diremos en su momento, el poder no es más que una forma pobre de comunicación analógica. Se ha acusado también al anarquismo de espontaneísmo porque confía en la organización espontanea de las masas, algo que en mi opinión es incontestable, que las masas se organizan es algo no sólo posible sino trivial; ahora bien, una de estas formas de organización, la más burda, esa es la construcción de una estructura exterior de organización a la que se llamó poder, una alienación de la capacidad organizativa basada en el reflejo, la diferenciación entre ente organizante y ente organizado, algo que en mi opinión es un absurdo, y en esta disociación surge el contexto necesario para la configuración del poder como única respuesta, como único puente entre el pueblo y la institución, única vía de reducción de esta distancia, pero es que no debe haber distancia entre el pueblo y la institución, precisamente porque la institución es el pueblo, no es algo distinto de él, y además esta identidad es una identidad radical e inalienable de forma tal que la aparente distancia que ha sido creada desde antaño es una ruptura artificiosa que el pueblo mantiene, aún sin conocimiento sobre ello, y esto es una cuestión que no vamos a analizar ahora pero tiene que ver con la metáfora y el contexto. :::

::: {data-align=”justify”} Las cuestiónes que hay que resolver son las siguientes ¿Qué tipo de organización propone el anarquismo?, y ¿cómo se ha de llegar a ella? Empezando por la segunda cuestión ¿No os parece que la mayoría de las revoluciones no han cambiado realmente las cosas? Me explico, la revolución francesa que en teoría se inspira en los principios conocidos de la igualdad, fraternidad y libertad, para luchar contra un estado absolutista y constituir un estado de derecho capaz de limitar el poder y afirmar las libertades de los ciudadanos; pero este estado produce la gran paradoja revolucionaria por la cual la lucha en favor de las libertades individuales provoca que los poderes del estado vayan en progresivo aumento hasta llegar, en el estado moderno, a cimas donde nunca habían estado, el estado se nos mete por los calcetines y las suelas de los zapatos. La revolución Rusa terninó con la dictadura Stalinista; ¿Paradoja quizás? No, incorrecta concepción de la realidad. La mayoría de las revoluciones simplemente han cambiado poco las relaciones de poder; más bien las han sustituído por personas distintas, si antes el dominio era de la nobleza y el clero ahora lo es de la burguesía; por eso, digo, que en la mayoría de estos casos tengo la sensación de que no hay sino más de lo mismo. ¿Qué es lo que hace falta entonces para que se produzca un auténtico cambio? ¿Pero qué es un cambio? Quizá nos pueda reslutar explicativo el libro «Cambio» de Paul Watzlawick, un libro que analiza la estructura de los cambios a nivel individual; para este autor existen dos tipos de cambio, el cambio 1, que se resumiría en un «más de lo mismo» y el cambio 2, que sería un auténtico cambio, un cambio de sistema, y no meramente un cambio en el sistema (como es en última instancia el cambio 1); para poneros un ejemplo del propio Watzlawick, creo que recogido de Ashby; si intento subir una cuesta en quinta con el coche a una velocidad de 50 km/h probablemente por más que acelere dentro de la misma marcha (el mismo sistema) no podré obtener un resultado distinto y a lo peor consigo cargarme el coche, por el contrario si cambio de marcha (de sistema) una leve presión en el acelerador conseguirá efectivamente incrementar la velocidad de mi coche; en el primer caso un aumento de velocidad no produce variación alguna (cambio 1) en el segundo se produce un cambio 2, un auténtico cambio en el sentido de Watzlawick. :::

::: {data-align=”justify”} En este sentido tengo la pegadiza sensación de que en todas estas revoluciones no lo han sido en términos políticos, sino quizás en términos sociológicos porque no han creado un nuevo sistema en cuanto a las relaciónes hombre-estado, llegando simplemente a un «más de lo mismo». :::

::: {data-align=”justify”} Creo que puede ayudar el averiguar qué es lo que permanece común en los distintos sistemas politico-sociales y por ende, qué es lo que impide el cambio ¿dónde está la esencia constitutiva de este sistema que a pesar de revoluciones y revoluciones sigue siendo el mismo? Y cuando digo «el mismo» probablemente estoy cometiendo un grave error, no es que crea que las cosas no cambiaron nada, sé que no es «lo mismo» la sociedad feudal, que la moderna, o que la capitalista, pero si no son lo mismo es porque las relaciones interpersonales sí que han cambiado, pero creo que en el fondo estamos en «el mismo» sistema politico (pueblo-soberanía) que ha permanecido con variaciones inesenciales; sistema cuya esencia constitutiva se refleja en las relaciones de poder, pero conceptuando el poder como fuerza y no como comunicación; en sentido contrario, afirmo que sí que es necesario la existencia de organización, pero no basada en el poder sino en el poder organizante de la comunicación, y no un poder incomunicante que se funda en la fuerza; precisamente por ello, creo que es necesario hacer un esfuerzo importante por hacer una teoría de la comunicación, y a esto apuntan ya las teorías basadas en la cibernética, ya no sólo por la comunicación entre las esferas civiles y políticas. :::

::: {data-align=”justify”} Analizaremos las distintas formas de organización del estado desde el punto de vista de la comunicación en otro post, porque quizá requiere una mayor atención, y veremos como sin duda, la organización de todas estas sigue siendo la misma si atendemos al tipo de comunicación en la que se basa, la de red centralizada. Siguiendo con «16 Tesis sobre Anarquismo» destacamos que los autores recalcan, aunque no utilizan esta expresión que el anarquismo busca «convencer y no vencer» y ello sólo se puede hacer a través de la educación y de ahí viene la preocupación total del anarquismo por la pedagogía, nosotros aún vamos a más, no creemos que se deba intentar sustituir el poder, porque precisamente el poder no se puede sustituir sino con otro poder más fuerte, y ello mantendría igual las cosas lo que en realidad se debe buscar es un cambio de concepción, un cambio radical en sentido de Watzlawick, en el que no hay que enfrentarse al poder porque el poder desaparecerá en cuanto no sea necesario, y no lo será cuando el pueblo aprenda a organizarse por sí mismo. Dejamos para otro día la organización que propone el anarquismo. :::