Escrituras Extremas

 

Intro

Por no abandonarme mucho de la escritura decidí hacer un pequeño curso online de tres días con Mónica Ojeda. Curiosamente lo que me interesa de Mónica es su poética y el estudio que tiene sobre lo que ella llama “Escrituras extremas”, se hace clara su valentía a la hora de escribir sobre ciertos temas, como pueden ser la violencia, el miedo, o el deseo. El curso está en parte resumido en esta videoconferencia Escrituras extremas aunque aquí faltan algunas cosas.

Lo que más me ha llamado la atención es que ella considera que el centro de la literatura extremada es la forma y no tanto el contenido, como parecería lógico pensar. Para ella es importante tratar lo violento con una narrativa bella, al menos para hacerlo soportable.

No sé si estoy de acuerdo, está claro que no tengo formación suficiente para discutirlo pero hay una cierta intuición, derivada de mi modo de entender las cosas, que me dice que no es solamente eso…

Para mí, lo que crea una emoción, sea extremada o no, es una situación, ya he insistido bastante sobre esto, creo realmente que las emociones germinan allí, en las situaciones; uno puede señalar un coche, o a un elefante, y puede describirlos nítidamente; se puede presentar el referente a través de su descripción unívoca, diría Frege, pero para recoger emociones en el texto hay que poner al lector en situación, como se suele decir, y es ese lector el que crea la emoción, un coche arrastrado por una torrentera, o un elefante desbocado son situaciones que pueden justificar alguna emoción concreta. De algún modo, la descripción presenta, por si sola, al objeto descrito; pero las emociones tienen que ser revividas, y para esto no basta con una buena forma de redacción, o descripción, o incluso con una buena ambientación; debe suceder algo más, algo que al lector le parezca importante, para que la emoción se realice.

Situaciones

No tengo una teoría de la situaciones, pero algo ya hemos anticipado en este diario, parece que algunos elementos son fáciles de detectar:

  1. Ambiente: Está claro que para recrear un ambiente son muy importantes elementos de la narración como el tono, el ritmo, el estilo, el léxico, etc.. La descripción no es suficiente para crearlo.
  2. Tensión dinámica: Entendida como suceso en tensión de cambio inminente, Zubiri le llamaría “tensión en hacia”. Podemos acercarnos a esta idea partiendo de un movimento y congelándolo, por ejemplo lanzar una pelota; en ese punto congelado podemos saber hacia dónde iba a continuar si sabemos de dónde venía.
  3. Interés: Las emociones se producen cuando la situación afecta al lector, no le deja indiferente. Precisamente porque se trata de algo que le importa.
    • Necesidades básicas: Ya hemos hablado de esto. Hace que una situación no sea simplemente mía, tengo hambre, sino que de algún modo estoy utilizando una categoría compartida que no me pertenece del todo.
    • Suscitación de respuesta: en la medida en que hay una afección, esa afección existe precisamente porque se suscita una conducta. Aquellas personas que se ven involucradas en una situación lo están en la medida en que se exige una conducta de su parte. Cualquier cosa que hagan o que no hagan está contaminado por esa situación.

Violencia:

Mónica dice que las literaturas extremas se alimentan de experiencias intensas, podríamos hablar de situaciones intensas, para adecuarnos a la terminología que intento establecer. Con cita de Simone Weil se nos presenta la violencia como fuerza, está claro que esto es así. De hecho la violencia, en terminología jurídica, se clasifica en vis física o fuerza propiamente dicha y vis compulsiva que sería semejante a una amenaza, deberían incluírse (y normalmente se incluyen) situaciones en las que de algún modo se fuerza a alguien a hacer lo que no quiere, aún sin amenaza expresa, como por ejemplo el caso del temor reverencial, curiosamente se suelen excluír situaciones en las que la víctima no hay tenido oportunidad de querer (o no querer), como las personas privadas de sentido, quizás por entender que la violencia se mide por el sufrimiento que causa, afortunadamente la intensidad del castigo penal puede ser comparable en ambos casos. No obstante conceptualmente, en un sentido usual del término, también hay violencia en estas ocasiones, porque la impresión disvalorativa que se produce es similar.

Con estos antecedentes podemos trazar un esquema que más o menos es el que comentó Mónica, si no lo recuerdo mal:

  • Deseo/No deseo: como motor de la violencia.
  • violencia/miedo: como constitutivo de la situación.
  • silencio/trauma: como resultado del proceso. La literatura siempre llega después, partimos de estas zonas silenciosas.

Si lo comparamos con la propuesta de Girard sobre los sacrificios veremos un cierto paralelismo, lo que pasa que en este esquema que vemos ahora ser incluye la perspectiva de la víctima.

Hay un punto que me ha parecido muy interesante y es precisamente este silencio, el silencio no es sólo de víctimas y agresores, sino de toda la sociedad. En este sentido, también Girard en su hipótesis del sacrificio como herramienta de apaciguamiento de la Violencia. La sociedad se queda en silencio tras un evento traumático o bien se habla de el con un interés morboso, que suele centrarse en aspectos periféricos y llamativos del problema, pero que nunca profundiza realmente. No siempre es así, obviamente se habla en contextos científicos, con un interés sociológico o jurídico, o incluso se habla de la violencia, en el mejor de los casos, con interés periodístico (siempre que esto signifique lo que debe significar).

Y aquí llega una pregunta muy interesante que se hace Mónica ¿Se puede hablar de la violencia desde la literatura, desde el arte? Y otra pregunta que surge como corolario ¿Puede ser bello un texto sobre violencia?

Ella cree que sí. Mi primera intuición es que si se presenta la realidad violenta con afán de denuncia, de lucha contra el silencio o contra la negación de esa realidad, pues claro que se puede y se debe, pero ese impulso, y esto es algo de lo que también se habló en el taller, no debe ser impostado, sino que el autor debe estar afectado seriamente por esta violencia, debe moverle a escribir. Pero no acabo de profundizar en el tema de la belleza artística relacionada con la violencia.

Bibliografía

Esta es la bibliografía que nos recomendó:

  • La Ilíada o el poema de la fuerza de Simone Weil
  • El arte de la crueldad de Maggie Nelson
  • Desgracia de Coetze
  • La débil mental Adiara Marwicz
  • Lectura fácil de Cristina Morales
  • Angélica Liddell
  • Tres truenos Marina Closs
  • Labranza arcaica Raduan Nassar
  • Diario de muerte Enrique Lihn
  • Terror sonoro Adriana Arvitt
  • De lo sublime Longino / Burke
  • Lo siniestro Freud
  • El mal en la literatura Bataille
  • La banalidad del mal Arend
  • Lo raro y lo espeluznante Mark Fisher
  • La belleza es el principio de lo terrible
  • Páradais Fernanda Melchor
  • Matar a un perro Samanta Schweblin
  • La pasión según GH Clarice Lispector
  • Sukkwan Island de David Van
  • El desierto y su semilla Jorge Barón Biza
  • El ojo Silva Bolaño
  • Desmembrado Joyce Carón Pares
  • Alexis Margarita Youcenar
  • Lolita Nabokov
  • Huele negra espina Claude Louis Combet
  • En gran Central Station me senté y lloré Elizabeth Smart
  • Entrevistas breves con seres repulsivos Fosters Wallace
  • En tierras bajas Herta Müller
  • Un hombre sin suerte Samanta Schweblin
  • Claus y Lucas de Agota Kristof