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Hay un tema en el mundo de la Documentación que se lleva la palma en
cuanto a desconocimiento, sobre todo en España, e incluso entre los
profesionales del sector, todo el mundo conoce en mayor o menor medida
la Clasificación Decimal Universal de Paul Otlet, con la que se
organizan los libros de la biblioteca de tu barrio, o la clasificación
colonada de Shiyali Ramamrita Ranganathan,
de la que hablaré en más detalle (en otro artículo) por ser de gran
interés y peculiaridad.
Imaginaos esto, tenéis una empresa en la que cada vez se venden más artículos, cada vez de tipo más diferenciado, por ejemplo arena inodora para cenicero y un tajamatas para cortar maleza, parece complicado saber qué estás vendiendo sólo con la referencia y el nombre, que suele ser del tipo “Tajamat, M. alta”, sobre todo si se trata de comercio electrónico; surgió la necesidad de clasificar los artículos.
Entonces todas las empresas comenzaron a encargarle al becario de turno que agrupase sus artículos, dando lugar a primarias clasificaciones sin jerarquías y que muy pronto se quedaban obsoletas, además presentaba otro problema en el contexto de la sociedad de la información, cada empresa tenía una clasificación diferente, lo que a la hora de comerciar ralentizaba las cosas.
Por ello, una organización internacional, GS1, nacida de la unión entre EAN internacional y UCC, cuya misión es desarrollar e implementar estándares buscando un comercio global, se plantea la necesidad de desarrollar una clasificación internacional estandarizada, y sobre todo, válida para empresas de todo el mundo, fruto de ello nace la GPC, Global Product Classification
Paralelamente a ello, o mejor dicho, antes que la GPC, nace en los años 80 la “UNSPSC (United Nations Standard Products and Services Code; Código estandarizado de productos y servicios de las Naciones Unidas), como ya habréis deducido, el proyecto es obra del departamento de Documentación de las Naciones Unidas.
{style=”margin: 0px auto 10px; display: block; width: 335px; height: 177px”} UNSPSC y GPC comparten características comunes, poseen cuatro niveles jerárquicos, (1-segmento; 2-Familia; 3-Subfamilia; 4-Genérico), permiten analizar el gasto de diferentes campos, así como gestionarlo por desgloses, pero lo más importante el es código numérico que acompaña a cada elemento de estas clasificaciones, que permite vender un producto venezolano en Tahilandia, ya que el número es el mismo para los dos, sin necesidad de que hablen el mismo idioma.
Ambas clasificaciones son, por así decirlo, de “código abierto”, es decir cualquier empresa cuya solicitud sea aceptada y disponga de un profesional de la información, puede contribuir a desarrollar estas códigos, mediante debates y votaciones (todo ellos en inglés, el idioma de los negocios), de este modo se asegura que la clasificación responda a las necesidades actuales de las empresas, y su continua actualización, la UNSPSC dispone de aproximadamente 21,000 categorías jerárquicas, cada una con múltiples genéricos.
La GPC además de esos cuatro niveles jerárquicos añade un nivel de granularidad mayor, el de los dos atributos, supongamos, que tenemos el genérico «leche», un primer atributo sería el condicional, por ejemplo «nivel de grasa», y el segundo detalle serían las características técnicas, «Entera; Desnatada; Semidesnatada», y así sucesivamente.
Todo ello, además, está inmerso en un enorme proyecto global de comercio estandarizado, en el que se utilizan tecnologías RFID, códigos identificativos de artículo (código GTIN), e incluso chips de seguimiento, localización y desglose de productos, pero todo esto ya es otra historia.
UNSPSC desde aproximadamente el año 92, está controlada por GS1 US, y actualmente se está llevando a cabo un proyecto de alineamiento UNSPSC-GPC, para conseguir de este modo, una auténtica clasificación global, los japoneses, desde hace ya más tiempo contaban con una clasificación global dedicada al comercio electrónico, la veterana clasificación JSIC, que es dueña y señora del comercio asiático, esta clasificación está siendo alienada por GS1 Japan al binomio UNSPSC-GPC, para obtener así lo que dicta el eslogan de la GS1, «Un mundo global de negocios: Un lenguaje común de negocios».