El pueblo gitano y las formas de vida.

 

La ética no es un cúmulo de normas invisibles que vuela sobre las cabezas de los puritanos. La ética es una cuestión de carácter.

Estamos en una época en la que los medios vuelven a introducir palabras como raza, deportación; que son palabras que alguien debería haber borrado de los diccionarios porque; ojalá algún día; han dejado de significar algo. Esta época no deja de ser extraña, hay un retroceso terrible y a la carrera de las conquistas sociales y democráticas que se habían alcanzado a coste de sudor y sangre. Y hoy, no sé si por falta de memoria o por quien sabe qué, se desprecian como si fueran papel mojado.

La ética es aquello en lo que uno debe fundamentar sus decisiones; perdón, en lo que uno fundamenta sus decisiones, todo aquello que hacemos; toda decisión que tomamos, expresa nuestro ethos, nuestro carácter. Por tanto, lo que quiero decir es que hay veces que un acto, una decisión, no son sólo un acto o una decisión, son una expresión del ethos. Y el carácter, tiene la terrible manía, no sé si buena o mala, de contagiarse, de expandirse; por eso hoy creo que es lamentablemente necesario recordar ¡Que no! ¡Que no está bien! ¡Que no es moral! ¡Que no es justo ningún tipo de discriminación por razón de origen nacional o étnico! (ni tantas otras razones).

Que es ilegal, es evidente. Una cosa es expulsar a una persona de un territorio porque se encuentra en una situación irregular (cosa que puede ser más o menos discutible, pero no voy a entrar en eso ahora) y otra cosa es ordenar una expulsión masiva de personas porque pertenecen a un grupo étnico determinado; sobre todo teniendo en cuenta la campaña de acusaciones que se vienen haciendo desde el gobierno francés contra la etnia gitana, que si son unos ladrones etc… No voy a entrar en valorar las afirmaciones de Reding, ese no es el problema; y ya la historia decidirá. Yo poco más tengo que decir sobre esto, pero ya que estamos, vamos a profundizar.

Hay quien acusa a quien defiende al pueblo gitano de hipócrita, «Si, claro, pero ¿Tu los tendrías como vecinos?» Se puede oir en algunos foros. ¿Qué tipo de argumento es este? ¿Acaso una respuesta afirmativa a esa pregunta justificaría las expulsiones masivas? No, aquí el problema es un choque cultural y de modo de vida; a parte claro del que podemos llamar pauperismo (o racismo contra los pobres) que acompaña al ser humano desde hace tiempo. Y del que ahora no me interesa discutir, ya se ha dicho, ya se sabe. Me interesa otra cosa, me interesa este choque de formas de vida.

Es evidente que yo no soy gitano ni comparto su modo de vida; no es que me parezca mejor ni peor que el nuestro, simplemente no es el mío y nunca me había planteado cambiarlo; seguramente nunca me entenderé con ellos, seguramente ellos siempre me considerarán un payo y yo siempre les consideraré gitanos y ya está; no nos comprenderemos, nos cruzaremos por la calle y apenas nos miraremos, quizás con un cierto tono de miedo y preocupación que muy probablemente sea recíproco; y es que el miedo se basa en el desconocimiento y genera desconfianza. Pero si tiene que parecerme de alguna manera su modo de vida me parece bien; si me preguntáis si es algo que considero digno de protección diré ¡Que si, que sí y que sí! ¡Claro que me parece digno de protección! Reconozco que tengo una especial simpatía por los pueblos con una cultura nómada y me parece lógico que surjan conflictos entre una cultura de tipo sedentario que afirma la posibilidad de tener propiedades individuales sobre los bienes comunes (la tierra, el agua, las plantaciones…) y una cultura que de lleno niega que sea posible ningún derecho individual sobre los bienes comunes y dice que la tierra es del pueblo que la ocupa o del linaje; supongo que su concepto de propiedad se acercará más al germánico que al nuestro que es el romano. Aunque es cierto que la mayoría se ha sedentarizado realmente no creo que tengan otra alternativa ya que cada vez quedan menos tierras libres donde pararse.

Lo que estoy sugiriendo es que parte del problema de la discriminación de la etnia gitana, a parte del ya mencionado pauperismo, deriva ya mismo del choque entre su cultura y régimen jurídico con el nuestro; la llamada ley Romaní o Kriss Romaní; es hasta cierto punto incompatible con los ordenamientos estatales, ellos no forman un estado sino más bien una comunidad distribuída que se mueve en atención a lazos personales más que territoriales, quizás lo que algunos han llamado filé, en este caso una filé pobre. Es una comunidad sin estado; y no deja de ser absolutamente ególatra y estúpido el pensar que el único modo de organización política es el estado. En realidad, por tanto, no me extraña que la mayoría de pueblos sin estado estén siendo objeto de discriminación en todos los lugares, los gitanos, los kurdos, los tibetanos, los saharauis, los palestinos… Y que al mismo tiempo se vengan reivindicando desde algunos foros la necesidad de un reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos. Y que entre la muerte del estado que parece que revive, la crisis, y el auge de los paraestados. Parece absolutamente necesario reconocer que nuestro modelo clásico de organización política y económica no está siendo suficiente; y en lugar de desterrar a los pueblos con otros modelos de organización y otras culturas; no estaría de más, creo yo, preguntarnos si no es posible una cierta relativización del paradigma del estado nación, de la metáfora del estado como lata de sardinas, y nos pusiéramos a pensar con un horizonte más amplio, más inteligente, que al final la cuestión no es cosa de poder y orden, sino de organización y vida.

A fin de cuentas el nomadismo es el sistema de organización de los pueblos más antiguo que existe, y que más tiempo ha durado sobre la faz de la tierra, y eso aunque desde siempre lo hayamos intentado destruir. Quizá no sean ellos los que se equivocan. No en vano de vez en cuando renace con diversas formas, el llamado neonomadismo, el sionismo digital, y la preocupación cada vez mayor por los sistemas de gestión de los bienes comunes.

En mi opinión por tanto no es sólo (que ya es bastante) cuestión de una decisión discriminatoria, que lo es. Es algo que se deriva del carácter de dos modelos de organización política distintos; el nuestro, el que piensa «es que la tierra es mía» y el suyo, que dice «la tierra no es de nadie»; nosotros que reconocemos la autoridad del estado y ellos que la ignoran en favor de una organización basada en clanes y en linajes; nosotros, individualistas, solitarios; ellos que no existen sin los otros, que hasta tienen la prohibición de vivir solos (pues el matrimonio es preceptivo)… Nosotros nos quejamos de que ellos se excluyen, ellos nos acusan de excluirlos… Y en estas andamos, en un desconocimiento que genera miedo y desconfianza. Ojalá las cosas no fueran así. Pero la solución sin duda no es expulsarlos de un territorio que creemos nuestro, toda solución a un conflicto pasa por la comprensión de la situación del otro, la comunicación y la promoción de una mutua confianza; de otro modo los problemas se vuelven irresolubles.

Empecemos por buscar paginas web de colectivos gitanos

Quizás ellos, con sus extrañas tradiciones, a pesar de sus manías y sus supersticiones, quizás ellos puedan sugerirnos un modo de vida distinto al nuestro, menos solitario e individualista; quizás ellos también aprendan algo de nosotros.

Os dejo con una cita de Flaubert vista en Wikio.

Quedé embelesado, hace ocho días, frente a un campamento de gitanos que se habían establecido en Rouen .
Es la tercera vez que los veo, cada vez con renovado placer.
Lo increíble es que suscitan el 
Odio_ de los burgueses, si bien son inofensivos como corderos. Me gané el desprecio de la muchedumbre dándoles algunas monedas. Y oí palabras gentiles a la Prudhomme.[ ]{#more-3441}Este odio se remonta a algo muy profundo y complejo. Se lo encuentra en todas las_personas de bien._ Es el odio que se dirige al Beduino, al Hereje, al Filósofo, al solitario y al poeta. Y es allí que anida el miedo. Yo, que siempre estoy del lado de las minorías, me exaspero. Es verdad que son muchas las cosas que me exasperan. El día en que ya no me indigne caeré de bruces, como un maniquí al que le han quitado el soporte._

Gustave Flaubert, Carta a George Sand del 12 de junio de 1867

Y por último, para que no se me critique por alejarme del tema de la discriminación, algunas opiniones de la blogosfera sobre la decisión del gobierno francés:

Actualizo: Ups, se me olvidaba el post de Enrique Meneses…»Los gitanos y la carretera» Por cierto, buenísimo el concierto que pone al final; menudo contraste con otras orquestas, aquí ni partituras ni directores, casi un jazz inveterado, y siempre, siempre esa alegría. Os dejo también el enlace del video.

Imágen de Ramón Zabala, extraída de http://www.tinet.cat/~itan/igitanes.html.