Por Uxío.
Thorvaldur Thordarson era hasta hoy un científico desconocido, su nombre sólo salía en publicaciones científicas, pero nunca en medios de comunicación de masas, pero resulta que su trabajo ha consistido en estudiar toda su vida los volcanes de Islandia, y ahora que la nube volcánica del Eyjafjallajokull le cuesta millones de euros al día (concretamente unos 200 millones de euros al día), a muchas empresas relacionadas con el transporte aéreo, sus estudios han ganado relevancia internacional.
Apoyándose en Gudrún Larsen, de la Universidad de Islandia en Reykjavik, que empleó cerca de 800 años de datos sobre capas de lava, núcleos de hielo y estadísticas que muestran que los volcanes del país atraviesan ciclos de alta y baja actividad. De acuerdo a Thordarson, la actividad volcánica en Islandia parece seguir una periodicidad de 50 a 80 años, por lo que el despertar del Eyjafjallajokull parece anunciar la llegada de una era turbulenta.
A juzgar por la actividad volcánica y telúrica de los últimos años, Thordarson cree que Islandia está a las puertas de un ciclo de alta actividad. Los científicos calculan que podría durar cerca de 60 años, y la actividad sería mayor entre 2030 y 2040.
Thorvaldur Thordarson en su oficina:
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Eso sí, no todas las actividades volcánicas provocan nubes de ceniza, por lo que no hay que pensar que habrá que cancelar vuelos por este motivo cada poco tiempo, la actual nube se ha dado por se han juntado todos los elementos que causan este molesto fenómeno, y no es habitual que se combinen de una manera tan masiva.
Dejando de lado el estudio científico, estos días, que tanto se habla de vulcanismo, me ha llamado mucho la atención las reacciones de la gente, empezando por una compañera de trabajo que me preguntó lo siguiente:
¿No te sorprende que un volcán cause todo esto?
Síntoma evidente de que la sociedad no es consciente de lo que puede hacer un volcán, ni del peligro que tiene, como la mayoría de las fenómenos naturales, no somos conscientes de lo un volcán podría cambiar nuestras vidas, o incluso acabar con ellas, porque en los telediarios, la gran mayoría de los viajeros que se quedaron tirados en los aeropuertos no entendían cómo un simple volcán de la lejana Islandia les privaba de sus importantes viajes en avión.
Personalmente prefiero quedarme tirado en un aeropuerto antes que volar con el aire plagado de ceniza, que les cuenten a estos pasajeros lo que le ocurrió a un avión de British Airways en Yarkarta en 1982, que fue sorprendido por una pequeña nube de ceniza en pleno vuelo, ya que estas amenazas no aparecen en los radares, sus cuatro motores se pararon y consiguieron aterrizar de emergencia de milagro, mientras los pasajeros ya estaban despidiéndose de esta vida, probablemente entonces se les quiten las ganas de volar en estas condiciones.
No debe sorprendernos que un volcán paralice medio mundo, existen cientos de volcanes en este planeta, algunos en los lugares que menos imaginamos, como en el parque de Yellowstone en USA, que debajo de una impresionante biodiversidad se oculta una gran amenaza para todos, un supervolcán cuya explosión espero no ver nunca, ya que cambiaría radicalmente la vida en la Tierra.
Odio ser alarmista, y no pretendo serlo, simplemente me gusta llamar a las cosas por su nombre, no hay ningún motivo para pensar que una explosión de estas características puediese darse en un período de tiempo tan corto, la última explosión en Yellowstone se produjo hace 2.2 millones de años, la mala noticia es que últimamente se ha detectado subidas de presión en el supervolcán, pero no es posible predecir cuándo ni con qué fuerza explotará.
Fuentes: