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width=”193” height=”185”}Por Uxío
::: {#body-565715 .content-body} Tal día como hoy, hace cuarenta años, un 20 de julio de 1969, se produjo un hecho clave en la historia de la Humanidad, el alunizaje, la primera vez que un hombre ponía el pie en territorio lunar.Como ya estaréis hartos de reportajes y relatos sobre cómo fue tal hazaña, en Entelequia vamos a contaros algunas anécdotas y hechos curiosos sobre la conquista de la Luna, por eso la he denominado este post «La otra conquista»
Siesta Lunar
El módulo lunar que aterrizó en nuestro satélite permaneció allí un total de 21 horas, los dos astronautas, tras realizar todos los experimentos y compromisos políticos, regresaron al módulo, y les sobraron cuatro horas y veinte minutos antes de la hora prevista para el desegue, ¿qué hicieron en este tiempo?, pues dormir.
No es de extrañar, el despegue de la Tierra se había producido un 16 de julio, por lo que llevaban encima muchos días de intenso trabajo, es increíble poder dormir sabiendo que uno está en la Luna, pero el entrenamiento de los astronautas, capaces de mantener la calma en todo momento, se lo permitió.
Más cosas tras el salto:
La foto de la venganza
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width=”216” height=”216”}El gran héroe de la misión, Neil Armstrong, no
tiene una foto en primer plano en la superficie lunar, sin embargo, su
compañero, Edwin Aldrin, sale por todas partes.
Un rumor en la NASA es que Aldrin tenía cierto resentimeinto en no ser él el primer hombre en pisar la Luna, ya que así se había hecho en las pruebas, pero finalmente la NASA dedió que Armstrong sería el primero en pisar la Luna.
El rumor apunta a que Aldrin, en venganza, no tomó apenas el relevo en el manejo de la cámara de fotos que llevaban, y que manejó el comandante en casi todo momento, Armstrong nunca se ha quejado oficialmente de no tener un buen retrato en la superficie lunar.
Contemplando el peligro
Michael Collins, el tercer astronauta que participó en el histórico viaje, pero no descendió a la superficie lunar, sino que quedó en órbita lunar en el módulo principal esperando a sus compañeros, tuvo por dos veces una inquietante visión.
Una cápsula soviética, la Luna 15, orbitaba la Luna en el momento de la misión, la NASA sabía de este peligro, pero confiaron en que la posibilidad de impacto fuese remota, sin embargo, Michael Collins pudo ver pasar la «Luna 15» en dos ocasiones por debajo del módulo lunar.
Por fortuna, ninguno de los módulos americanos impactaron contra la cápsula soviética, que había sido enviada tiempo atrás para recoger muestras.
Por si las moscas
El gobierno americano era totalmente consciente del riesgo que entrañaba el viaje con la prisas que se había preparado, por ello, tenía hasta ocho discursos diferentes preparados por si ocurría la catástrofe, uno de ellos era el siguiente:
«Serán llorados por sus familias y amigos, serán llorados por su nación, serán llorados por los pueblos del mundo, serán llorados por una Madre Tierra que se atrevió a enviar a dos de sus hijos a lo desconocido».
Obsérvese que es la variante en caso de que fallase el módulo lunar pero no el módulo principal (dos de sus hijos), por lo que Michael Collins sobreviviría.
Frenando a lo bestia
Cuando el módulo principal recibió el gran impulso para ponerlo en
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width=”235” height=”235”} a la Tierra, el modo de frenar los 40.000 km/h
a los que iban al aproximarse a la atmósfera terrestre, era, cuanto
menos, inquietante.
La nave no disponía de un sistema de frenado en la Tierra, sino que los ingenieros dejaron que el rozamiento con la atmósfera frenase la nave, la energía cinética se convierte en calor, pasando de 40.000 a unos cuantos cientos de Kilómetros-hora, alcanzando la nave una temperatura de 3.000 grados centígrados.
Al estar a esa velocidad de «cientos de kilómetros por hora» sucesivos paracaídas se fueron abriendo sin riesgo de rotura, deteniendo la nave, hasta caer en el agua y desplegar sus flotadores.
Museo espacial
Durante todo el viaje, la nave no dejó de perder partes, para seguir avanzando en la misión, cuando Armstrong y Aldrin estuvieron en la Luna, dejaron allí un montón de aparatos que constituyen un verdadero museo de tecnología de los años 60.
Por ejemplo, la cámara de vídeo con que grabaron el acontecimiento, se quedó allí tras extraerle la cinta (evidentemente), así como otros muchos chismes con los que se realizaron experimentos, pero que no pudieron llevarse para aligerar peso.
¿En realidad no salimos de casa?
Una de las teorías más aceptadas por los científicos, tras analizar el suelo lunar, es que la Luna se formó porque un gran meteorito chocó contra la Tierra hace millones de años, desprendiéndose de nuestro planeta un enorme pedazo.
El pedazo, probablemente procedente del suelo que hoy ocupa el océano Pacífico, se alejaría hasta ponerse en órbita con la Tierra, y con el paso de los siglos fue estilizándose hasta tener la forma redonda de hoy, formando así el único satélite de la Tierra, la Luna.
Si esto es cierto, realmente no se viajó a un lugar 100% extraterrestre, sino que habría sido como una vuelta a casa tantos años después, gran ironía…
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