Coloco aquí este texto de Nora Méndez, en homenaje a Oscar Romero.
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Hola Monseñor, cómo estás? Imagino que emocionado por ver el amor que te tiene tu pueblo. Nadie cree en resurrecciones en este tiempo y es que no quieren ver la tuya, no quieren darse. Aquí en El Salvador las cosas siguen jodidas. La harina está bien cara y los panaderos amanecieron en huelga pidiendo al gobierno que acabe con el Duopolio de Marisa y Bolsa, las vacaciones acaban de pasar y mucha gente no tuvo más que un día de descanso y las piscinas del Parque Cuscatlán, el Katya Miranda y los Chorros se abarrotaron como nunca. En los chorros la multitud hasta botó el portón. No hay espacios recreativos, Monseñor, ni dinero para pagar los existentes. En Argentina la gente sigue llorando a sus muertos y a los desaparecidos del aquel 24 de marzo de 1976, acá en El Salvador seguimos llorando tu muerte pero estamos felices por tu resurrección. El egoísmo aún permanece en nuestra sociedad como un valor preciado de las clases dominantes y las clases políticas, los que tienen todavía no comparten y si lo hacen son miserias comparadas a las ganancias que del bolsillo del mismo pobre sacan. Los salvadoreños siguen emigrando y cada vez son más mujeres las que abandonan a sus hijos en busca de mejoría económica para ellos mismos, las familias sufren Monseñor Romero, tan igual que antes. La gente pobre roba para comer e imitar la ostentación permanente de los viejos y nuevos ricos, los millonarios viven para robar con todas las de la ley, el libre mercado no es más que sinónimo de robo a mano armada a plena luz porque los precios de todo suben y suben cada semana y el gobierno no hace nada y protege sus intereses mezquinos. La corrupción se propagada por doquier: gobierno y empresa privada, pobre y ricos, derechas e izquierdas. La gente ya no quiere creer, pero cree en vos Monseñor Romero. Es difícil celebrar un cumpleaños viviendo este panorama, ha sido difícil desde el día en que vos moriste para resucitar despacito, tan callado y tan fuerte. Pero vamos a alegrarnos Monseñor porque la gente sigue viviendo y no se rinde, porque salimos todos los días a trabajar o a buscar trabajo con la fe de encontrar nuestro sustento, económico y moral. Vamos a celebrar que cada vez son más la personas que en nuestra sociedad y en el mundo quieren cambios pero no violentos, sino cambios que posibiliten más vida para todos sin comprometer la vida de nadie. Vamos a celebrar porque el mundo está cambiando, porque ya no es uniforme verde olivo, porque ya no uniforme única vía la derecha. Vamos a celebrar por el movimiento civil que toma fuerza y empuja a los políticos a comportarse. Vamos a celebrar por vos que seguís iluminando a nosotros los jóvenes, de corazón, mente y espíritu, para no desfallecer y tomar una misión evangelizante, con el evangelio tuyo, con el evangelio de nosotros los pobres, los desposeídos, los no violentos, los amalotodo, los sueñalotodo, los a pesar de todo felices. Vamos a celebrar porque ayer en la comunidad La Chacra te vimos resucitado y viviendo con los pobres. Traigo prueba de ello para los infieles al evangelio del pueblo. Aquí está tu huella, por aquí pasaste y los que te vieron recogen testimonio; tu palabra no sólo se propaga sino que se renueva en las voces de los jóvenes, a su manera, a su entender y semejanza. :::