Decía Garrigues que comunicar es poner en común; pues bien, sin desdecir nada de esto. La comunicación presupone algo en común previo a la misma comunicación, este elemento en común es la realidad, pero no toda la realidad, sino la realidad que se hace presente en la comunicación, sea directamente o no. Vamos a ver, es evidente que un americano y un latino van a tener problemas de comunicación, y ya no sólo por razones idiomáticas, decía Watzlawick que los americanos se colocan a bastante distancia de su interlocutor mientras que los latinos se colocan a una distancia mucho menor, esta distinción dificulta la comunicación porque el americano al verse «acosado» se separaría y el latino al verse «rechazado» interpretaría el gesto de separación como un gesto hostil y se volvería a acercar, el americano interpretará ese gesto también como un gesto hostil o agresivo (como vemos la comunicación se ve dificultada pero no impedida, al fin y al cabo sigue habiendo un elemento en común, a parte de la realidad que los rodea, ambos ven el gesto del otro como un gesto hostil ¿verdad?) podemos decir por tanto que la realidad forma parte de algo mayor que es el contexto.
Pero también dijimos que la comunicación analógica tenía fuerza impresiva (a ambos se les impone un interlocutor que se acerca o que se aleja) y además fuerza constitutiva del contexto. Según Lyons hay que incluir como contexto todas las creencias previas sobre la realidad que ambos comunicantes tienen; precisamente esto influye en el ejemplo del americano y el latino. Creo que entre este tipo de creencias podemos estudiar las metáforas en el sentido de Lakoff en su libro «Metáforas de la vida cotidiana» (algo hemos dicho aquí) que no sólo influyen en la comunicación sino que la permiten cuando son compartidas por los interlocutores. Todos estos son elementos fundantes de la comunicación, la permiten; pero, como hemos dicho, una vez existente la comunicación esta ayuda a modificar y alimentar un contexto en el que se incluyen las relaciones entre los actores comunicativos; véase Watzlawick, simetría (o igualdad), complementariedad (o jerarquía), o metacomplementariedad (del tipo «sé superior a mí») y a esto ayuda no sólo el nivel de lenguaje que se utilice sino también la actitud de ambos que se trasmitirá mediante la comunicación analógica. Resumiendo, una determinada expresión lingüística sólo tiene sentido en un contexto determinado; la misma expresión en otro contexto, tendría un sentido diferente. Lo que me resulta más interesante es que precisamente el contexto es lo que configura las relaciones entre Lenguaje y comunicación.
Un elemento que se enmarca dentro del la categoría estudio «Contexto» es la situación. Para mí es el concepto clave en el tema de la comunicación. Un acercamiento a este concepto lo tenemos en Zubiri cuando distingue entre situs y locus. Nos explica que los seres vivientes se encuentran «entre» las cosas:
Y este «entre» tiene dos caracteres. Uno de instalación: el viviente se halla colocado entre las cosas, tiene su locus determinado entre ellas. Otro modal: el viviente así colocado está dispuesto o situado en determinada forma frente a ellas, tiene su situs. La categoría del situs, que no desempeñó ningún papel en la filosofía de Aristóteles, muestra su portentosa originalidad e importancia en el **tema de la vida. Colocación y situación, locus y situs, tomados en toda su amplitud y no sólo en sentido espacial, son los dos conceptos radicales en este punto. No son dos conceptos independientes. El situs se funda en el locus; no hay situación sin colocación. Pero no se identifican; una misma colocación puede dar lugar a situaciones muy diversas. (…)
Pues bien, «Situación» es el modo de estar el hablante en el acto comunicativo compartido, «está nervioso», «está irascible», «está a la defensiva», «está irónico» todos estos modos de estar en una conversación son situaciones. Lo interesante de este concepto es que es un concepto personal y privado, porque son mis «miedos», mis «preocupaciones», «mis alegrías» las que me están afectando en mi modo de estar, no hay nada más personal que esto. Pero por otro lado son situaciones tan universales que permiten una comprensión directísima por el interlocutor, porque todos hemos tenido estas experiencias situativas. Precisamente esta dualidad privado/universal de las situaciones permiten la comunicación. Muchas veces basta con reconocer en qué situación se encuentra tu interlocutor para entenderlo todo. Esta es la magia de la comprensión sin palabras.
José Castinneira.