Intrahistoria: Mi compañero

 
Imagen de telefono

Imagen de pixabay.com **[Uxío PR]** En mis (parecen lejanos) tiempos de Universidad, estuve un año en una residencia de estudiantes. Tardé una semana en conocer a mi compañero de habitación. Durante ese tiempo, y para mi alegría, pude encontrarme con un carísimo portátil (de aquella nadie tenía), una cadena de música con tres platinas de CD, lo último en consolas, una PDA de las más ostentosas, además de otros prodigios tecnológicos. Pude ver su ropa de marca en el armario. Un champú comprado en farmacia en el baño. Un bote realmente pequeño con aspecto de costar mucho dinero. Pensé que me había tocado un compañero rico, pero el primer día, cuando por fin llegó (una semana después de sus pertenencias); me saludó, se presentó; y volvió a marcharse. Ni siquiera alzó la vista para ver sus increíbles tecnologías. No parecía una persona feliz. Durante el año, la cadena de música expulsaba ópera; realmente no le gustaba, pero su padre le había enseñado a apreciarla. El portátil, la PDA y demás trastos, se los había comprado su padre para que estudiase mejor. Él apenas fue a clase un par de veces en todo el año. Nunca se presentó a ningún examen. La única chica que mostró interés por mi compañero, resultó ser una mentirosa compulsiva. Al día siguiente de que él se marchara, antes de acabar el año, se olvidó de él. A pesar de llevar siempre un fajo de billetes en el bolsillo se aburría, nada le divertía y no paraba de comprar nuevos aparatos; a mi me impresionaban pero a él apenas le suscitaban interés durante un tiempo. Quince días antes de terminar el año mi compañero tuvo que volver a casa por un nuevo enfado con su padre (uno de tantos). Durante ese tiempo sus pertenencias se quedaron de nuevo en nuestra habitación, como un legado maldito. Aprendí mucho en mis tiempos de facultad. Creo que aprendí más fuera que dentro de las aulas. Por ejemplo de mi compañero que desgraciadamente no sacó absolutamente nada en claro de ese año.