
Imagen de http://images.memorix.nl **[Uxío PR]** Ésta es la segunda intrahistoria que tiene como fondo el fútbol, aunque lo sorprendente de ella no es exactamente este deporte. Fue algo que me ocurrió hace unos cuatro años, en la ciudad gallega de Ferrol. Era un miércoles de esos que ponen un gran partido de copa de Europa, pero era necesario estar abonado a un canal de pago para verlo. Por aquel entonces yo estaba en la Universidad, de modo que no me costó juntarme con unos cuantos amigos para ir a verlo a un bar. Tras dar muchas vueltas sin saber exactamente a cuál ir, se acercaba la hora de comienzo del encuentro, lo que nos obligó a entrar en un bar desconocido; estaba lleno de personas mayores, dispuestas a ver el fútbol entre vinos y aceitunas. La verdad es que no pegábamos allí ni con cola, pero teníamos un objetivo común, ver el partido. En este tipo de bares es muy común que se discuta antes, durante y después del partido, llegando a veces a ponerse las cosas calientes. Uno de los ancianos, el que parecía más aislado, sólo hablaba cuando le preguntaban, pero lo hacía de una manera concisa, a viva voz, y como si sus palabras fuesen las de una deidad. Cuando se le preguntó por el partido dijo: * ¡¡¡Van quedar tres tres, dígocho eu!!!! (¡Van a quedar tres tres, te lo digo yo!) Ante esto los demás viejos reían. Nosotros internamente (no nos atrevíamos a hablar en alto) también. Es muy raro que en un partido de la Champions se marquen más de dos goles; un 3-3 es más propio del partido del recreo. Ante las risas, el anciano exclamaba «¡TRES, TRES!» A viva voz. El partido comienza y los locales marcan, era un equipo italiano, muy defensivo, por lo que todos pensaban que se cerraría atrás y no habría más goles. * -¡TRES, TRES!- Los visitantes empatan y el partido se vuelve loco. Finalizando la primera parte los locales se adelantan con dos goles, 3-1, el partido parece sentenciado. * ¡Dígocho eu!, ¡Tres, tres!, ¡¡Faime caso!!- En la segunda parte los visitante aprietan. A la media hora acortan distancias, pero casi cumplido el tiempo reglamentario, el resultado era 3-2. Un viejo le dice a nuestro protagonista «¡¡Por pouco acertas!!» («Por poco aciertas»), a lo que reponde «¡¡Que van quedar TRES, TRES!! ¡¡Dígocho eu!!»- (Pongo en mayúsculas los números porque el hombre daba tremendos golpes de voz al decirlos. Con el tiempo cumplido el árbitro pita _penalty_ a favor de los visitantes. No lo desaprovecharon, resultado final: * ¡TRES, TRES! El anciano abandonó el local entre aplausos y reverencias, la última frase suya antes de irnos fue «¡¡Xa volo dicía!!» (¡Ya os lo decía yo!). Pocas veces me lo he pasado tan bien en un partido sin estar en el estadio, y todo gracias a aquel anciano vidente.