Metáforas: La esperanza

 

A los que sufren

なげだしてまだ陽のある脚
Nagedashite mada hi no aru ashi
SANTÔKA

Hoy quiero abrir la sección de «Metáforas equivocadas» sólo con una metáfora. No voy a analizar ninguna equivocación simbólica como solemos hacer. Sólo voy a proponer una interpretación de un haiku de Taneda Santôka, del que ya hemos hablado en la sección «Autores».

Tomamos la traducción de este Haiku de Vicente Haya:

Estirando las piernas
todavía hay sol

Aún cuando en el haiku no exista la metáfora ni simbolismo; hoy vamos a permitirnos, tenemos motivos para ello, ser un poco flexibles. No obstante creo que no saldremos demasiado de la interpretación hortodoxa del haiku; esperemos que el propio Vicente Haya nos de su bendición.

Un haiku sólo representa la fotografía de un momento, quizás la de una situación; los momentos, o las situaciones no son más que eso; no tienen metáforas ni símbolos, no son más que una especie de fotografías de un pedazo de realidad. Eso no quiere decir que yo no pueda explicar qué es lo que uno siente cuando se encuentra en ese momento. En este caso que es lo que yo creo que alguien que se encuentre en esa situación, en este caso Taneda Santôka, puede llegar a sentir. Esto, simplemente esto, es lo que voy a hacer.

El haiku habla con silencios. No es exagerado afirmar que en él importa tanto o más lo que se calla que lo que se dice. ¿Qué se ha callado Santôka aquí?

Bien, dividiremos el poema en dos partes, la tácita, la que Santôka se ha callado, y la expresa. Siempre siguiendo la interpretación de Vicente Haya.

La penumbra:

El poema no dice expresamente que su protagonista se encuentra recostado con las piernas encogidas (para estirar las piernas hay que haberlas encogido antes, esto es claro) así que podemos entenderlo así. También podemos imaginar, sin mucho esfuerzo, que su protagonista se encuentra en la penumbra, a oscuras. Pero no sólo eso, tenemos que ser más sutiles ¡El protagonista se ha ido quedando en la penumbra! (aquí es clave ese todavía).

¿Qué significa estar en la penumbra? En realidad, ya lo sabemos, no significa nada. Pero estamos autorizados a preguntarnos ¿Cómo se siente uno en la sombra? Pues uno se encuentra a oscuras, sin perspectiva. No puede ver más allá de dos palmos, y por eso uno se encuentra sólo, parece que no hay nada más, nuestra vista no permite que lo veamos. Uno tiene frío. «Lo ve todo negro» Es una metáfora común que solemos usar en el día a día. Alguien lo ve todo negro cuando no tiene perspectiva, cuando no puede ver el horizonte. Esto implica muchas cosas. Si uno no puede ver, no puede caminar con libertad; las posibilidades se reducen, la velocidad se mengua, el tiempo se detiene en una especie de presente sin futuro. Y aún hay una cosa más ligada a la oscuridad; el miedo. Eso es algo que todos conocemos.

Uno no tiene que hacer nada para quedar en la sombra. Simplemente hay veces en las que el sol se va; se está marchando.

Pero es un irse aparente, porque; porque el sol nunca se va del todo.

Al estirar las piernas / todavía hay sol

Creo que ahora el haiku gana sentido por sí mismo; su sentido se ha hecho evidente con sólo expresar lo que callaba. «Al estirar las piernas / todavía hay sol» . Yo creo que hay poco más que decir.

En la oscuridad uno se revuelve, la tensión y la desesperanza le juegan a uno malas pasadas. Sin embargo, hay algunas veces que con un gesto sencillo uno puede darse cuenta de que todavía hay perspectiva; que el horizonte no se ha marchado; que el sol todavía está ahí. Es importante darse cuenta de estas cosas; uno no puede vivir sin perspectiva. Probablemente volvamos a quedarnos en la sombra alguna vez; ya lo sabemos, uno no tiene que hacer nada para eso, no es culpa de nadie. Pero ahora ya no tendremos miedo; porque hay horizonte, hay perspectiva. Quizá debamos movernos un poco (estirarnos, revolvernos) para darnos cuenta de hacia dónde está el horizonte. Pero esta si es una cuestión que depende de nosotros.

Y luchar por la vida, nunca es una mala decisión.