Comparto con vosotros un Romance que recitaba mi abuela, ella no se lo sabía entero, pero hoy lo hemos recuperado, es del poeta gallego Francisco Añón.
Noche oscura y tenebrosa
Tan achispado iba Antón
Que cayó de un tropezón
En la senda borrascosa
Lanzó un recio juramento
Diciendo:–¿quién se cayó?
Y en la pared del convento
Resonó el eco;–YOOOOOOOO…
–Mientes, fui yo quien caí
Y si el casco me rompí
Tendré que gastar pelucas–LUCASSSSSSS…
–No soy Lucas, ¡voto a Dios
Y nos veremos los dos
Tunante de farfantón–ANTONNNNN…
–¿Me conoces? ¡Eh tunate!!
Pues espérate un instante,
conocerás mi navaja.–BAJAAAAAAA…
–Bajaré con mucho gusto
¿Te figuras que me asusto?
Al contrario, más me exalto.–ALTOOOOOOO…
–Alto yo! Piensa el osado.
Que cien lauros que he ganado
Hoy con mengua los marchito?-CHITOOO..!
–Y se atreve este insolente
Mandar callar a un valiente
¿Que calle yo, miserable?–HABLEEEEEEE…
–Hablaré por vida mía
Hasta que con este acero
tu lengua impía taladre.-LADREEEEEE…
–¿¡Ladrar yo!? ¿Soy perro quizás?
Dime villano ¿do estás?
Que de no verte me aburro.–BURROOOOOO…
–¿Burro yo? ¡Insulto tamaño!
Vengaré de un modo extraño;
Que el sitio me es oportuno–TUNOOOO…!
–¿Mas, dónde está el majadero
Que ya hacerle rajas quiero?
Responda ¿dónde se encuentra?–ENTRAAAA…
¿Porqué no sales, bellaco?
¿Es que tu valor es flaco
Contra el mío colosal?–SAAAALL…
Aquí me tienes, cobarde,
Dime ¿quieres que te aguarde?
Do estas? bali!, nadie se me acerca?–CERCA!
–Pero ¿dónde estás? repito.
Que escuchando estoy tu grito
Mas el no verte me admira?–MIRA!
–Ya miro; pero que diablo!
Si no veo con quien hablo,
Pues no parece ninguno–UNO!
–Uno? pues bien, salga ya:
Mi coraje probará:
Le aguardo, aquí me coloco–LOCO!
–Chanceaste acaso tú?
Por vida de Belcebú
Sal presto; me desespero–ESPERO!
–Así te burlas de mí?
Responde: quién eres di?
Ya de colera reviento–VIENTO!.
–Eres algún trasgo inmundo
Ó eres cosa de este mundo?
Habla: nada hay que me asombre–HOMBRE!
–Mas eres vivo ó difunto?
Aclárame todo al punto
Y con quien hablas repara–PARA!
–Si eres ánima afligida.
Bien; mas si eres de esta vida,
Hoy mi brazo te destruye–HUYE!
–En vano intentarlo quieres,
Pues mientras no sé quién eres,
Mi espíritu no se asombra–SOMBRA!
–Sombra? Dios mío! en tal caso
Perdóneme, que eché un vaso,
Tres cepitas y un bizcocho–OCHO!
–Ocho! se engaña, pardiez!:
Serían siete tal vez,
Que otra la tomó Ramona–MONA!
–Lo que es mona, no señor
Me puso alegre el licor,
Y á Ramonita también—BIEN!
–Señor, no volveré más:
Fué en el café de D. Blas,
Do estuve con ella sola–HOLA!
–Es un poco vivaracha,
Pero muy guapa muchacha,
Muy salada y oportuna–TUNA!
–Eso es tal vez impostura;
Mas ya que V. lo asegura;
Sobre ese punto no alterco–TERCO!
–Bien, señor, ya no replico
Si queréis, callaré el pico,
Como si fuera de tabla–HABLA!
–Pues señor, iba diciendo.
Con ella hablando y riendo
Tomé lo que me convino—VINO!
— Vino, si señor, un poco:
Dos vasos me han vuelto loco;
Que echase más no penséis.—SEIS!
–¡¿Seis?!; No me acuerdo en efecto,
Que tengo siempre el defecto
De no contarlos después–PUES!
–Mas en medio de todo eso
No se me ha turbado el seso
Ni á la muchacha toqué–QUÉ?
–Que no quise abusar de ella
Pues aunque es muy fresca y bella
Aun tengo alguna virtud–TÚ?
–Yó, pues que mal hice?, diga
Cuando le cayó una liga
Se la puse y nada más–MÁS!
–Ah! sí, me acuerdo, de prisa
Le miré si la camisa
Era lienzo de Cambray–AY!
–Sombra que todo lo sabes
Despáchame cuando acabes,
Que por mi parte acabó–VE.
–Si, gracias, me voy que es tarde:
Adiós! el Cielo te guarde!
Triste sombra veneranda–ANDA.
Marchóse Antón taciturno
Con tímida planta lista
Recelando que aun le embista
Aquel fantasma nocturno
Que se ocultara á su vista.Llega á su casa al momento,
Do le esperaba su esposa,
Y afirmó con juramento
Que una sombra pavorosa
Le hablara junto al convento.FRANCISCO AÑÓN
Madrid, 15 Noviembre 1858.