Hay quien se limpia la boca
con una servilleta.
Otros las lloran
desconsoladamente,
llenándolas de mocos o quejas.
También hay quien las lanza fuera del mundo
arrancando aviones,
grullas,
o alguna que otra cosa
que nunca llego a comprender del todo.
Hay algunas que llevan manchas de carmín,
ideas o bocetos,
juegos de niños,
pelotas que se arrugan para ser proyectiles
contra el día que se rompe,
contra Dios,
contra el hambre,
contra el que se ha muerto.
Otros saben hacer rosas
o escribir un soneto.
Miro, indeciso, esta simple
servilleta
y pienso:
Vaya si te pareces a la poesía.
José Castinneira
PREVIOUSDedicatoria