Comentario a "El corazón es un cazador solitario"

 

Primera parte

Los personajes:

La primera parte de “El corazón es un cazador solitario” es, en mi opinión, la introducción de la novela. Aquí se presentan un elenco importante de personajes, todos ellos muy carismáticos, la verdad.

Por un lado tenemos a John Singer y Spiros Antonapoulos; de quienes diremos, provisionalmente, que son el centro del torbellino, del torbellino de personajes que transcurren en la novela. Singer gira en torno a Antonapoulos, quién sufre esa enfermedad mental que lo convierte en un personaje desagradable. No parece que a Singer haya nadie que le importe más que Spiros. Vemos como vuelve a él al final de esta primera parte. Spiros simplemente permanecerá estático en su locura, casi no se emociona al volver a ver a Singer y si lo hace es únicamente por la esperanza de recibir comida, es un personaje sencillo, con motivaciones muy simples.

El resto de personajes giran en torno a Singer, lo vemos también al final de la primera parte cuando todos vuelven a la habitación de Singer una y otra vez.

Mick Kelly, es una chica con mucho carácter y muy independiente, está muy bien presentada, cuidando de sus hermanos pequeños, amamos su independencia y su autenticidad. En ciertos momentos se muestra muy voluble, como cuando dice que Bill es su mejor amigo pero se enfada con él y es la persona que más odia en el mundo, nada que no le pase a cualquier adolescente. En la mayor parte de ocasiones la vemos entrañable.

Jake Blount es un obrero alcohólico; al que Singer ayuda, también es un personaje que se sale de la norma, con opiniones progresistas, con capacidad de trabajo, pero totalmente destrozado por su adicción.

Biff Brannon, es el dueño del bar, uno de estos señores secos con carácter; se relaciona bastante con el resto de personajes sobre todo con Mick y Singer

Portia es la trabajadora contratada por los padres de Mick para hacer las tareas domésticas, hija del Dr. Copeland. También es una mujer con carácter, muy preocupada por qué las cosas se mantengan en pie, sigue trabajando para esa familia a pesar de que no siempre le pagan, es la única que mantiene el contacto con su padre e intenta proteger la familia, que no se peleen.

Dr. Copeland, es el médico negro, un idealista, muy estricto con los suyos para que salgan adelante, orgulloso, tiene que demostrar su valía, por eso le disgusta que sus hijos no hayan sacado provecho de su educación.

Ambiente social

La novela recorre las primeras décadas del siglo XX de EEUU, con la problemática de la discriminación racial, y la Gran Depresión producida por el crack del 29.

En cuanto a la ambientación está muy bien construída aunque es verdad que transcurre en pocos escenarios como puede ser el bar de Biff, la casa de huéspedes y el despacho del Dr. Copeland.

Algunas escenas.

Algunas escenas que me han gustado mucho es el momento en el que Mick abre la caja con su violín. Me gusta mucho cómo se gestiona la ansiedad de Mick, sus emociones, como tiene muchas ganas de abrir la caja pero no lo hace, como se disgusta con su propio trabajo, como busca alternativas y soluciones a los problemas que se le presentan, y como se enfada cuando Bill le dice que eso no vale para nada.

Mick se arrodilló en el suelo y rápidamente levantó la tapa de la caja de sombreros. En su interior había un ukelele agrietado, encordado con dos cuerdas de violín, una de guitarra y una de banjo. La grieta que había en la parte de atrás del ukelele había sido limpiamente reparada con esparadrapo y el agujero redondo del centro cubierto con un pedazo de madera. Un puente de violín mantenía tirantes las cuerdas a cada extremo y a cada lado se habían cincelado unas eses. Mick se estaba haciendo un violín. Sostenía el violín en el regazo. Tenía la impresión de no haberlo visto nunca.

Otra de las escenas que me han gustado mucho es, casi al final de la primera parte, la cena entre Portia y el Dr. Copeland, me gusta cómo se gestiona esa conversación, la tensión que hay, las discusiones que no lo llegan a ser del todo, y la presentación del Dr. Sus ilusiones y sus desilusiones.

—Una persona no puede elegir a sus hijos, y solo puede moldearlos como quiere que sean. Tanto si duele, como si no. Tanto si es acertado, como equivocado. Tú lo has intentado con toda la dureza que se puede intentar. Y ahora yo soy la única que viene a esta casa y se sienta aquí contigo.

Los ojos del doctor Copeland brillaban intensamente, y la voz de Portia era fuerte y áspera. Él tosió y le tembló la cara. Trató de coger su taza de café frío, pero su mano no la sostenía con firmeza. Las lágrimas acudieron a sus ojos, y él alargó la mano en busca de sus gafas para ocultarlas.