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Por Uxío P.R.
A estas alturas, casi todo cinéfilo ha ido al menos a ver una película 3D al cine, y si les preguntas su opinión sobre el tema, encontrarás una enorme diversidad, sin embargo, hay un problemilla de fondo, no todos los cines, ni todas las películas, muestran la misma calidad.
En este pequeño artículo voy a compartir con vosotros cómo he vivido esta nueva tecnología, y mi opinión sobre el 3D del cine.
La primera película que he ido a ver en 3D fue Avatar, la película con la que la mayoría se ha iniciado en el 3D, aunque está por ver si llegarán más películas capaces de aprovechar como ésta la tecnología.
Como estreno de algo nuevo, lo hice por todo lo alto, me fui a los mejores cines cerca de donde vivo, en una butaca bien situada y con función de vibración, y cuando llego allí, me dan unas gafas tan sucias que hasta daba asco cogerlas (y más ponérselo en la cabeza), y una toallita desinfectante; me fui al baño hasta dejarlas bien limpias con agua, jabón y el desinfectante.
Primera conclusión, lo de las gafas no es algo muy cómodo, ni higiénico, y menos si uno ya utiliza gafas, el futuro del 3D pasa por el desarrollo de pantallas que no utilicen gafas.
Una vez en la sala, empieza lo bueno, Avatar muestra de lo que es capaz la tecnología, cuando algo sale despedido hacia el público por primera vez, la gente grita, las cosas realmente se salen de la pantalla, en el momento del grito me sentí como si formase parte del público de la película «El gran robo del tren{target=”_blank”}«, de 1903, donde mucha gente iba por primera vez al cine, y se escucharon gritos cuando en una escena un bandolero disparaba al público.
La experiencia en general fue muy satisfactoria, la película, sin ser la gran maravilla que algunos pretenden, sabe aprovechar al 100% las bondades de la nueva tecnología, y se sirve de un planeta lleno de belleza para hacerlo.
Hasta aquí todo genial, el 3D me parecía una tecnología realmente interesante, pero el problema viene cuando las productoras, al ver el tirón inicial de una tecnología bien implementada en una película deciden «adaptar» todas sus películas a las 3D, sin importar si la película fue rodada pensando en ello o no.
Mi segunda experiencia con el 3D ha sido, de este modo, decepcionante, en la misma sala donde aluciné con los efectos de Avatar, me «mareaba» con el falso 3D de «Alicia en el país de las maravillas», a todas luces se apreciaba que han metido el 3D con calzador, muchas escenas se ven borrosas, con una sensación de profundidad limitada a un par de espacios, y cada veinte minutos o así aparece un efecto 3D real, como la mariposa del final, que parece decirte, ¡menuda estafa de 3D, así es de verdad!.
El vil metal le está haciendo daño a esta tecnología, mientras Avatar llenaba las salas mes tras mes porque todo el mundo alucinaba con ella, el resto de películas están decepcionando, ojo, no en la película en sí, sino en el uso de esta tecnología.
El 3D me arruinó «Alicia en el País de las Maravillas», estoy seguro de que me hubiese encantado de verla normal, pero de la forma en que la vi no podía dejar de pensar en lo mal que lo estaban pasando mis ojos con ese engaño.
Miles de cines en todo el mundo se han gastado un dineral en adaptar sus salas al 3D, y ahora las productoras parecen dispuestas a arruinar este formato con películas con falso 3D, ¿street dance 3D?, ¡hombre por favor!, a mi me han colado una, pero es la última película que veo en falso 3D.
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Es una lástima que el tirón de una película que pretendía hacer las cosas bien, y el aprovechamiento de una tecnología novedosa como reclamo, estén empañando el mundo del cine 3D, que, con cosas como ésta (y por el precio extra que cobran) no le auguro un feliz destino si se sigue por este camino.