[Uxío PR] Esta intrahistoria es quizá la más vergonzante de las que he escrito. Lo cierto es que las ocasiones en las que lo he contando la gente ha reaccionado de distintas maneras. He podido ver cierta curiosidad durante el relato. Por todo esto he considerado que podría ser una intrahistoria interesante.
Muchas veces escuchas a la gente decir que se han visto forzados a cambiar de compañía telefónica, seguro de coche o incluso de banco, pero mi experiencia fue un tanto diferente; me vi forzado a cambiar de panadería.
En mi época universitaria, en la ciudad de Ferrol; viví unos cuantos años en el barrio universitario de Esteiro. Cerca de mi piso había una panadería donde vendían unas excelentes baguettes, por lo que a medio día solía acercarme a comprar una.
Normalmente me atendía la misma chica. El pan me gustaba tanto que llegué a ir a diario a comprar mi baguette, tanto es así que la dependienta empezó a llamarme «el chico de la baguette».
Llegó a ser tal costumbre que me veía entrar por la puerta y ya iba preparando la barra de pan, diciendo «¡Para el chico de la baguette!», lo cual le agradecía porque me ahorraba tiempo.
Pero llegó un día en que entré por la puerta, con una gran cola de gente, y la chica comenzó a gritar «¡¡¡Ahí está el chico de la baguette!!!», «¡¡¡Preparemos una baguette para el chico de la baguette!!!» En un alarde de un total exceso de confianza.
El caso es que desde esa día la chica no medía la manera de hacer la gracia y me sentía un tanto avergonzado de entrar en la panadería y comenzase a gritar esas consignas, incluso cuando había mucha cola me decía que pasase primero por ser el chico de la baguette, con la consecuente y comprensible mala cara de todos los que llevaban un buen rato esperando.
En definitiva tuve que cambiar de panadería, no soportaba tener que entrar y contemplar aquel desaguisado, una lástima, porque aquellas baguettes me encantaban…