Los personajes
Aunque supongo que sería una obviedad decir que el protagonista de la novela “Pedro Páramo” es precisamente Pedro Páramo, eso es a lo primero que uno se enfrenta al empezar a leer; tenemos un narrador, Juan Preciado, que empieza a contar en primera persona la historia de su padre, un tal Pedro Páramo, al que se refiere su madre, que luego sabremos que es Dolores Preciado. De aquí, de este primer párrafo se extraen ya algunos personajes principales de la novela.
Juan Preciado.
Lo considero el narrador principal de la novela, o al menos el primero, y esto es así porque nos sitúa en el presente, nuestro presente, el de los lectores, el que podemos llamar presente referencial, aunque ya hablaremos de esto, es el presente de Juan Preciado. Por otro lado funciona como motor inmovil de la narración, es el que, por impulso de su madre, se adentra en el mundo de Comala, y nos arrastra, a nosotros los lectores. Es verdad que no todas las secuencias tienen a Juan Preciado como narrador, pero en el fondo el lector está esperando esa voz como voz principal, esto es muy importante por la sensación de pérdida de referentes que tiene el lector cuando descubrimos que es un muerto más.
Es un hombre que teme a los muertos. Realmente cuando Juan Preciado promete a su madre que irá a Comala a conocer a su padre, el no piensa cumplir su promesa, únicamente se lo plantea cuando ella ya está muerta; quizás por respeto, más bien por ciertas ilusiones o esperanza de salir de la miseria. Es un personaje con el que empatizamos rápidamente, quizás por esta debilidad inicial con la que se nos presenta, un joven sin padre, que acaba de perder a su madre, y que tiene una oportunidad, aunque sea aparente, una ilusión. Como tantas personas pobres y abandonadas.
La historia de Juan Preciado, así como la de su madre es la historia de la desilusión. Esta desilusión va en cascada. Nada más llegar, ya en la segunda página, Juan llega a Comala y se encuentra a un arriero, Voy a ver a mi padre le dice. Es una aventura emocionante, alguien que va en busca de sus raíces, que espera encontrar su esencia, su propia originalidad, Yo también soy hijo de Pedro Páramo le contesta el arriero, y esa respuesta cae como un jarro de agua fría. Y así irán apareciendo, sucesivamente, todas las desilusiones, en muy pocos párrafos, su padre es el dueño de todo lo que alcanza la vista, pero es un todo que no es nada, un pueblo abandonado, un paraje desértico, tan solo un páramo. Nada que ver con el paisaje que le había presentado su madre Hay allí, pasando el puerto de los Colimotes, la vista muy hermosa de una llanura verde, algo amarilla por el maíz maduro y más adelante, ya en el diálogo con Eduviges …El color de la tierra, el olor de la alfalfa y el pan. Un pueblo que huele a miel derramada… Ni siquiera el encontrarse a su hermanstro resulta satisfactorio, Vete al carajo le dice. Pedro Páramo murió hace muchos años termina diciendo el arriero. Poco después se enterará de que el arriero también.
Y si con esto no tuviera poco Juan Preciado, todo su itinerario estará plagado de desilusiones. El arriero le recomienda a una mujer que quizá pueda ayudarle. Llega a un pueblo totalmente vacío pueblo sin ruidos, y cuando por fin ve a alguien, esta persona desaparece Al cruzar la bocacalle vi una señora envuelta en su rebozo que desapareció como si no existiera. Ni siquiera las cosas parecen existir Toqué la puerta; pero en falso. Mi mano se sacudió en el aire como si el aire la hubiera abierto. Al fin encuentra a Eduviges Dyada, recomendada por el arriero, que efectivamente se ofrece para ayudarle, y le ofrece un cuarto para dormir, pero obviamente el cuarto está vacío y él no tiene ni donde acostarse. Ven a tomar antes algún bocado, algo de algo. Cualquier cosa le dice Eduviges, pero ni siquiera eso llegará a tomar.
Cuando Juan Preciado muere, Me mataron los murmullos ocurre en la plaza del pueblo silencioso que al principio se había encontrado, de repente el pueblo ya no está silencioso, Yo los oía dice, y se muere de miedo. Comencé a sentir que se me acercaba y daba vueltas a mi alrededor aquel bisbiseo apretado como un enjambre, hasta que alcancé a distinguir unas palabras casi vacías de ruido “Ruega a Dios por nosotros.” Eso oí que me decían. Entonces se me heló el alma. Por eso es que ustedes me encontraron muerto
La conclusión de Dorotea es muy clara, uno de los aprendizajes fundamentales de la novela ¿La ilusión? Eso cuesta caro.
Dolores Preciado
La madre del narrador principal, Juan Preciado, es otro de los personajes de desilusión. Pedro Páramo se casa con ella para solucionar sus problemas de deudas, pero ella está ilusionada con el enlace, ni siquiera la premura de la boda le hace sospechar, la ilusión cuesta cara:
No tengo nada preparado. Necesito encargar los ajuares […] Pero además hay algo para estos días. Cosas de mujeres, sabe usted.
Conocemos la historia de Dolores, bastante pronto, también por boca de Eduviges, que la sustituye en la noche de bodas. Y es entrañable esta ilusión rota, El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro. Ella se marcha del pueblo con su hermana. Hay que tener en cuenta que cuando Pedro Páramo se casa con ella, todavía no tiene fama de malvado, simplemente es el hijo de Lucas Páramo, un joven que según su padre, ni siquiera sirve para seminarista. De ahí que la emoción de Dolores esté hasta cierto punto justificada, aunque realmente nos da la sensación de que ella es una persona sencilla, confiada, pero que vive bastante fuera de la realidad, las descripciones que ella tiene del recuerdo de Comala son como si estuviera describiendo el paraíso. No es conciente de la muerte de Pedro Páramo, quien fue su marido, pero es que tiene la esperanza de que, su hijo, Juan Preciado, tenga las agallas de enfrentarse a este hombre Cróbraselo caro le dice. Cuando ella se marcha de Comala, en el fondo cree que su marido llamará por ella, como sería lo normal, y que entonces ella volverá triunfante, pero eso no sucede, Pedro Páramo no tiene ningún interés por Dolores Preciado, lo único que le importaba era solucionar sus problemas de deudas con esa familia, hasta el punto que ni siquiera se da cuenta en la noche de bodas que a su lado hay otra persona, por supuesto Pedro Páramo no vuelve a acordarse de Dolores en ningún momento y Dolores nunca volverá a Comala, ella odia a Pedro Páramo por eso, porque la ignoró completamente, él ni siquiera la odia, simplemente ni la recuerda.
Pedro Páramo
Como decíamos es el protagonista de la novela, vamos descubriendo su historia de forma fragmentada, primero a través de sus hijos, tanto Juan Preciado, que comienza la investigación sobre quién es/fue Pedro Páramo, como a través de su hijo Miguel, que sirve un poco de contraste para humanizar un poco a Pedro, y finalmente de Abundio, el arriero. Pero también de sus esposas, amantes, y demás víctimas.
Casi al principio de todo se nos presenta a un tal Pedro, un niño enamoradísimo de alguien que se llama Susana, solamente piensa en ella. Los fragmentos de Pedrito Páramo, son quizás los más adornados de la novela, quizás hasta un poco cursis, su madre y su abuela le regañan por ese ensimiamamiento, incluso encerrado en el baño. Ciertamente podemos sentir hasta simpatía por este chaval, diríamos que es introvertido, que tiene casi alma de poeta, nada que ver. Es una forma curiosa de presentarlo, porque aunque nosotros aún no lo sabemos, habrá un cambio en su forma de ser; empezaremos a conocer su auténtica naturaleza con la primera conversación que tiene con Fulgor Sedano, en donde para solucionar sus problemas económicos, le encarga que organice el matrimonio con Dolores Preciado, así como algunas otras malas artes en la gestión e invasión de tierras ajenas. Ese es el momento en el que Pedrito, pasa a ser Don Pedro, Pedro Páramo.
Al igual que Juan Preciado, es un joven que creció sin padre, Han matado a tu padre le dice su madre en un momento de la novela, también su abuelo había muerto. Pero a diferencia de Juan, Pedro se alegra, o no le importa la muerte de su padre, por esto imaginamos, ya en este momento temprano que su padre, Lucas Páramo, no era buena persona, ¿Y a tí quién te mató, madre? le dice. El tema de un joven que crece sin padre es importante en Juan Rulfo, quizás por su propia experiencia, en el relato “Diles que no me maten” se habla ya de ese tema, aunque de forma diferente. Quizás el lector pueda tener la esperanza de que ese Pedrito sea mejor que su padre, pero esa posible expectativa, será frustrada. En realidad todos los hijos de Pedro Páramo crecieron sin padre, salvo Miguel, único al que reconoció, y que obviamente muere, ya al principio de la novela.
Vemos una ruptura en la vida interior de Pedro Páramo, cuando todavía era ese Pedrito soñador, enamorado de Susana, pero otra vez, las esperanzas se pagan caro y cuando ella se marcha algo se rompe, El día que te fuiste entendí que no te volvería a ver. Ibas teñida de rojo por el sol de la tarde, por el crepúsculo ensangrentado del cielo.
Este cambio se ve muy claro cuando Fulgor recuerda qué pensaba Don Lucas de su hijo, con decirle, Fulgor, que he intentado mandarlo al seminario para ver si almenos eso le da para comer y mantener a su madre cuando yo les falte, pero ni a eso se decide.
Lo importante de Pedro Páramo no es que sea mala persona, es que es un hombre que quiere, quiere con mucha fuerza, tiene determinación y eso es así en toda su historia, es esa fuerza en el modo de querer el que hace que nada se le ponga por delante, quiere a Susana, y llega a querer a Miguel, y quiere a la Media Luna, a los dos los pierde y a la Media Luna la destruye cuando ha perdido lo demás, volvemos, otra vez, con una historia de desilusión.
La única que podrá enfrentarse a él es precisamente su amor de infancia, Susana San Juan.
Susana San Juan
Diríamos que es la antagonista, la única que puede hacerle la contra a Pedro Páramo. Todos los personajes se presentan como fantasmas precisamente en contraste con ese deseo de realidad que se ve frustrado; las posesiones, las tierras, la familia perdida, son cosas que se pueden perder, uno las pierde y eso es la muerte. Pero Susana ya no tiene esperanzas, ni deseos; no busca nada, no necesita nada; pero tiene algo que nadie le puede arrebatar, un amor que es inmortal, el amor por su marido muerto. Ella está en otra realidad, no le importa Comala, ni la Media Luna, ella se fue hace muchos años, y aunque su cuerpo volvió, en realidad ella no volvió, y así el pronóstico que había hecho aquel Pedrito, se hace cierto. Aquí no hay ilusión, ni desilusión, simplemente la vida con su crudeza, alguien que ha decidido dejar de vivir, que prefiere vivir en el recuerdo. Como lo que de hecho sucede, sin que nadie quiera, con el resto de Comala. Es el personaje más real de la novela, los demás son personajes fantasmagóricos, excesivamente anodinos como Juan Preciado, excesivamente ilusos como Dolores Preciado, excesivamente demoniácos como Miguel Páramo o míticos como Pedro Páramo, pero Susana San Juan es una mujer enamorada, que ha perdido a su marido, no tiene remordimientos ni se cuestiona nada, es la única que ha perdido la ilusión por vivir
Otros personajes
Dorotea
Dorotea es otro de los personajes importantes, funciona también como narradora y es el vínculo entre el hilo de Juan Preciado y la historia de Pedro Páramo y Miguel. Por supuesto otro personaje con ilusiones frustradas, la ilusión de tener un hijo. Es un personaje ambiguo porque entre la ternura que muestra inicialmente, resulta ser quien proporciona las víctimas de Miguel Páramo.
El Padre Rentería
Un personaje complejo, vemos aquí una crítica importante al clero. Tanto la figura del cacique como la del sacerdote moralmente comprometido es casi un arquetipo de la literatura gallega así que nos resulta familiar.
La corrupción del Padre Rentería es monumental, hasta el punto de que pide la absolución y se la niegan. Vemos cómo comerciaba él con el perdón de los demás, como les exigía a la gente del pueblo lo que luego no le exige a Pedro Páramo, a pesar de todo lo que hizo Miguel. Es muy interesante el remordimiento, de este personaje, cómo le va consumiendo.
Miguel Páramo
Otro de los personajes importante. Sin duda es un personaje descrito con mucha fuerza, un ser despreciable, y temible, sin ningún tipo de límite. Hay quien se sorprende de que pueda ser hermano de Juan Preciado, porque realmente hay mucha diferencia de carácter.
Cumple una función interesante en la novela, porque humaniza un poco a Pedro Páramo, Pedro Páramo no es Miguel, al menos no está descrito así, Miguel se presenta de forma mucho más temible y desprecialbe. Aunque la novela da a entender que Pedro Páramo también es un asesino, esta realidad se muestra de un modo más sutil. Por otro lado el cariño que Pedro Páramo siente hacia su hijo, también ayuda a humanizarlo.
El lector
Es evidente que el lector tiene un papel fundamental en la historia, porque es quien está llamado a reconstruír y dar sentido a todas esas voces, a todos esos ecos y recuerdos. Pero hay un punto también interesante que comenta Juan Villoro en una conferencia que se puede ver por Youtube. La novela requiere que nos posicionemos, que juzguemos a Pedro Páramo, a Miguel, a Juan, a Dorotea, al Padre Rentería, a todos los personajes, su juicio está suspendido en espera del lector, porque para juzgar hay que entender, y el lector tiene aquí una posición muy activa. Juan Villoro se pregunta, qué vamos a hacer como lectores para que este tipo de situaciones no se repita, ¿Algo? ¿Nada? Si no hacemos nada, estamos llamados a ser meros fantasmas, como los de Comana.
Y en efecto eso parece que somos, desde nuestro sillón, en una posición activa de lectores, pero a fin de cuentas viviendo en una realidad literaria, que tiene un fundamento fantasmal, Rulfo pone al lector dentro de la novela, somos un fantasma más atrapado dentro de Comala, nos desilusionamos con Juan Preciado, con su ausencia de futuro, y con su pasado muerto, nos desilusionamos al ver que aquel Pedrito Páramo se convierte en alguien mucho peor que su padre, frustrando nuestra esperanza de que ese amor de infancia fructifique; perdemos la esperanza con Susana San Juan. Pero es que además estamos suspendidos en ese tiempo de los ecos de Comala. Juan Preciado, como primer narrador es el que nos ubica en un presente referencial, pero cuando muere este presente se cae de golpe, y nosotros, otra vez, nos quedamos flotando en el eco interminable de las voces.
El ambiente
Para mí es uno de los elementos centrales de la novela, tanto a nivel físico como a nivel de relaciones sociales. Es un ambiente que me recuerda a los autores gallegos, Castelao, Curros, Anxel Fole, el mismo Valle Inclán, obviamente en Galicia no hay desierto pero hay humedad y pobreza. Alguien podría haber escrito una Comala en Galicia, no igual, no sería un desierto pero estarían estas relaciones entre los caciques y el pueblo, el cura, las familias, y ese tiempo incierto.
Una de las cosas que más me interesan de la novela es cómo se crea el misterio, es un misterio tanto por tensión dinámica, es decir, el propio personaje se mueve porque necesita información, necesita saber qué ha pasado, quién es Pedro Páramo, quiere conocer algo desconocido, pero también es un misterio por situaciones, porque al llegar a Comala se encuentra con un pueblo totalmente vacío, silencioso, pasan cosas que non son normales, hay gente extraña que parece que lo conoce, aunque él no conoce a nadie, es una situación incómoda y misteriosa, pero además también hay un juego de misterio por oscuridad, la propia estructura de la novela así como el tono, y la forma de contarla, favorecen esto, lo comentaremos más adelante.
El espacio
Casi diría que es como lo que se siente en una olla express, calor, densidad, clausura. Y luego fantasmas, todo está lleno como de una niebla de irrealidad, es un lugar etéreo. El espacio se expande y se contrae con el centro en Comala, lugares tan lejanos como las Andrómedas, o los Confines, son los lugares más cercanos, los que sirven de referencia a los habitantes de Comala.
El tiempo
El tiempo está como comprimido, todo sucede al mismo tiempo, van apareciendo los eventos juntos aunque estén muy alejados en la historia. El reloj de la iglesia dio las horas, una tras otra, una tras otra, como si se hubiera encogido el tiempo. Es un tiempo que a veces abanza y otras va hacia atrás, Como si hubiere retrocedido el tiempo. Volví a ver la estrella junto a la luna. Las noves deshaciéndose. Las parvadas de los tordos. Y en seguida la tarde todavía llena de luz. […] El arriero qeu me decía “¡Busque a doña Eduviges, si todavía vive!” Todo esto se une al uso extraño de los tiempos verbales, ese futuro que en realidad es pasado, el pasado que a veces es presente.
El padre Rentería se acordaría muchos años después de la noche en que la dureza de su cama lo tuvo despierto y después lo obligó a salir. Fue la noche en que murió Miguel Páramo.
También la estructura ayuda mucho a esa impresión de compresión temporal, lo veremos luego, pero la forma de presentarse los eventos históricos y los actuales, entendiendo por tales los de Juan Preciado, se nos presenta uno tras otro, eventos que pasan antes, los conocemos después. Pero es que, además, desde el momento en que muere Juan Preciado, nos quedamos sin presente referencial; nosotros, los lectores estamos también suspendidos en el tiempo de Comala, en un tiempo que ya no existe, el tiempo de los ecos.
Respecto al tiempo atmosférico, se utiliza con cierto simbolismo, vemos como el pasado de Pedro Páramo, su infacia, está llena de lluvias, poco a poco vendrá el desierto.
Observaciones sobre estructura y recursos literarios
Desde un punto de vista técnico ¿Qué podemos aprender como narradores de un libro como Pedro Páramo? Aunque obviamente Pedro Páramo no se agota en un conjunto de recursos, me parece interesante, como aprendiz de narrador analizar cómo hace el autor para crear esta obra tan interesante.
La estructura
Se dice que Pedro Páramo recoge la estructura del Drama de Estaciones, propio del teatro, y lo pasa a la novela. Es verdad que la trama transcurre a saltos de situaciones diversas, imágenes de un pasado lejano y de un presente que el lector entiende que acaba de ocurrir, que es el hilo de Juan Preciado, como hemos dicho estas situaciones no siguen una estructura lineal; pero esto no impide que el lector se ubique en la trama. Se produce algo que ya hemos anticipado, se genera un misterio por oscuridad; es un tipo de misterio que se construye dificultando la lectura, ocultando información o alterando el orden natural de las cosas, con esto se consigue que el lector esté suspendido en la comprensión de la trama. Para mí este es un recurso peligroso porque demasiada oscuridad puede hacer que el lector se frustre y se desvincule del texto porque no lo entiende y no es capaz de hacerlo, lo cual es contrario al interés del recurso que es engancharlo a la lectura, lo que hace Rulfo es crear ese misterio por oscuridad, pero la suspensión en la comprensión no dura muchos párrafos. Las situaciones que más saltos dan son precisamente las correspondientes al hilo de Pedro Páramo, en encuentro con el arriero da paso al encuentro con Eduviges y luego regresa al arriero que se despide y le recomienda que encuentre a Eduviges. Es decir, hay una alteración del orden pero está ajustado para que el lector no se pierda demasiado en la lectura. El hilo de Juan Preciado se nos presenta como el hilo de entrada en la novela, el hilo de referencia, y a lo largo de él se van anudando escenas ajenas, como puede ser la infancia de Pedro Páramo, la vida y muerte de Miguel Páramo, es decir, al lector le permite conocer de quién se está hablando e incluso ubicarse en el tiempo, el lector, a pesar de la complejidad, tiene herramientas suficientes y relativamente sencillas para no perderse. Más o menos el lector siempre puede saber a quién se refiere la escena, y si es anterior o posterior a los momentos claves (infancia, juventud, madurez, muerte) de cada personaje, (es muy claro esto con Pedro Páramo, y con Miguel Páramo).
El lenguaje
Uso de repeticiones, lenguaje sencillo, frases cortas y con poca adjetivación. Contrasta con el lenguaje de las ensoñaciones de Pedro Paramo, en su infancia, o como describe Dolores Preciado su recuerdo de Comala. Por lo demás, se trata de un lenguaje que elimina todo artificio quedándose sólo con lo esencial, parte de un lenguaje minimalista, pobre, lo cual ayuda a crear el ambiente de escasez. Hay algún relato leído por el propio Rulfo, en concreto Luvina, se ve claramente la forma tan natural de discurso de Rulfo, como si fuera un campesino.
Es llamativo el uso de repeticiones, coherente con ese ambiente de ecos, ese eco suspendido, los murmullos, y precisamente con un lenguaje sencillo. Cuando hicimos el trabajo sobre escribir con la voz de alguien en la prehistoria, imaginé que en lugar de cuantificadores, utilizarían recursos como la redundancia y la repetición.
La selección de los nombres, tanto de lugares como de personas, aunque puede ser una cuestión meramente anecdótica, está orientado a facilitar la empatía o rechazo con los personajes. Está claro que no podemos sino empatizar con alguien que se llama Preciado, y de mostrar desconfianza frente a alguien que tiene un nombre como Páramo. El propio nombre de Comala, remite a algo que está a fuego vivo. Ya hemos visto cómo el uso de nombres de los lugares tienen la función de dar la sensación de que Comala está lejos de cualquier sitio, a fin de cuentas los pueblos más cercanos son Los Confines o Andrómeda .