El domingo estuve viendo la conferencia de Juan Freire sobre identidades digitales, que podéis ver en su blog; es un tema que me resulta realmente interesante; no voy a decir casi nada sobre lo que dijo Juan, pero la mención del término identidad me ha suscitado algunas cuestiones; en primer lugar y no es que quiera ponerme especialmente filosófico ¿Qué es la identidad?
Bueno, la Wikipedia no ayuda mucho con el tema, la verdad; y no es que aqui seamos unos expertos en esto pero creo que puedo decir algunas cosas, al menos porque ya hemos debatido largo y tendido sobre cuestiones que le afectan.
Por no separarnos demasiado de la conferencia de Juan Freire, podemos afirmar con él que se tiene una única identidad, (bueno, no sé si tener es el término más adecuado) bien pues la identidad es única, cada uno tiene «su identidad» y no es que haya identidad digital por un lado e identidad analógica por otro; sino una sóla, yo creo que Parménides estaría deacuerdo con nosotros.
En mi opinión podemos relacionar el concepto identidad con el de conciencia; en este sentido sólo las personas tendrían identidad, porque tienen conciencia de que son conscientes, je, bueno, es un poco el pienso luego tengo identidad (supongo que pasado el susto inicial ya he dejado de ser cartesiano); pero frente a esto que es un tanto solitario, habría que añadir algo más (o más bien algo menos, porque hemos empezado por el tejado) ¿acaso una piedra no es distinta que otra? ¿es decir no tiene cada piedra una identidad propia? por tanto habría otro tipo de identidad que sería la identidad de la cosa «en si misma» lo que la cosa es en si misma vamos, tal cual es, como cuando dices esto es tal cual; en este sentido para conocer la identidad de una piedra habría que hacer una especie de presentación decir algo así como esta piedra es tal cual, o «en si misma» por eso se suele decir que la otra sería una especie de identidad más intensa porque además de ser «en si misma» lo es también «para si misma» (una persona se conoce a si misma y conoce el principio de identidad por eso sabe que es identica a si misma, una piedra, sin embargo no lo sabe).
¿Pero qué pasa con las comunidades? También podemos decir que las comunidades tienen identidad, aunque, otra vez, en un sentido distinto del anterior; aquí hablamos más bien de ethos, o carácter; es una forma de ser, una forma de comunicar, de hacer las cosas lo que determinaría su identidad.
El problema que se me plantea ahora es el siguiente; ¿en qué sentido son identidades las identidades digitales? bueno, pues el tema no me parece especialmente sencillo la verdad, pero vamos por partes; ¿basta un nombre para crear una identidad? ¿la firma de un cuadro es una identidad o más bien corresponde a una identidad?
Un nombre no basta para hacer una identidad; yo no soy mi nombre sino que mi nombre me corresponde, es decir si escribo mi nombre, aquellos que lo lean sabrán a quien me refiero, (si es que me conocen claro).
Por eso es claro lo que dice Juan Freire, no es que mi nick sea una identidad distinta a la que pueda llamar identidad digital; un nick no deja de ser una especie de seudónimo, y un seudónimo no es una identidad.
¿Pero qué pasa cuando un seudónimo asume vida propia? Bueno, si forzamos un poco nuestra definición anterior, siempre podríamos decir que es una identidad aparente, y que por debajo se encuentra la identidad real, sería como una especie de disfraz; aunque podemos también mantener que esta identidad es una identidad distinta en el sentido de carácter, al igual que la comunidad; pero es que además si este seudónimo no oculta una identidad «real» concreta, como en los casos de los pseudónimos colectivos esta última opción es la única que nos queda.
Aunque no es habitual los seudónimos colectivos existen, es más, son anteriores a internet, e incluso hay casos especialmente conocidos. Tenemos a Niclolás Boubaki que «fue» un matemático francés inexistente que hizo importantes aportes a la matemática del siglo XX; o tenemos a Ofèlia Dracs, una escritora catalana también inexistente; o ya más modernamente tenemos a Luther Blissett; a quien curiosamente conocí de su «existencia» en la biblioteca de Pontevedra; había allí una chica con un libro que se llamaba «Q» lo cual me pareció curioso, y a la mínima oportunidad me hice con el nombre de su autor, un tal Luther Blissett del que yo no había oído hablar en mi vida; y era cosa normal porque no existía; por último mencionamos a la fundación de Wu Ming sucesora de Luther Blisset.
Bueno, ¿qué pasa con todos estos casos? Pues lo hemos dicho; que tienen un carácter propio, como las comunidades y sólo en este sentido podemos hablar de identidad; pero claro, ¿alguien piensa que son algo distinto a comunidades?