En atención a este post de Carlos Boyle debo alcarar mi postura expresada en este post y algún otro; es evidente que no he construído una teoría sobre la comunidad sino que sólo he dado algunas pinceladas (y con brocha gorda) sobre estos temas, muchas veces haciendo más preguntas que dando respuestas, y es posible por tanto que no llegue a entenderse bien lo que he querido decir.
Sobre la «acusación» de individualista que me hace Carlos, hombre, yo individualista… No por favor, no me digan eso…
El punto en el que se debe centrar uno para definir la comunidad, y lo dije desde el primer momento, y es lo primero que dije; es LA COMUNICACIÓN, eso lo dije, y evidentemente no cabe comunicación de un sujeto para si mismo; de por ahí viene, ya lo dije, que por favor no me llamen individualista;
y si no utilizo el concepto fraternidad para definir la comunidad es simplemente porque me parece peligroso, ¿Peligroso? Si, claro, peligroso, por distintas cuestiones, en primer lugar, no bastan las intuiciones para hacer teorías, y la fraternidad es un concepto difícil de definir, muy difícil; (he de decir que no he leído el libro de Urrutia, y por tanto queda aquí fuera de valoración (no me refiero a él)); si se define la fraternidad como lo que constituye las comunidades, no podemos decir luego que las comunidades se constituyen gracias a lo que sea que es la fraterniad, (simplemente porque es tautológico) y nos quedamos todavía sin saber qué es. Si aún así, consiguiéramos llegar a una definición, la cuestión que vendría sería la siguiente (y la bondad de las teorías se conoce por sus efectos) ¿Que pasa cuando hay un comportamiento «no fraternal» en una parte de la comunidad? Por ejemplo un acto terrorista de un grupo de sujetos; ¿Qué ha pasado? No creo que nadie se atreva decir que estos sujetos actuaron fraternalmente ¿verdad? Ahora la cuestión es la siguiente ¿Estos sujetos están fuera de la comunidad? ¿Dificil verdad? Y no es baladí la respuesta porque después de esa pregunta viene otra ¿Y qué significa estar fuera de la comunidad a efectos prácticos; esto es, en relación al castigo que se les va a imponer? Si están fuera de la comunidad, quizás se les pueda expulsar del territorio, meterles en la cárcel de por vida, ¿Justificaría ese comportamiento no fraternal un castigo físico, una cadena perpetua, una pena de muerte? Y lo que es más importante, ¿Impide esta concepción de la comunidad estos tratamientos punitivos, o más bien da razones para justificarlos? ¡Cuidado! Hay que tener cuidado cuanto teorizamos, porque las ideas tienen consecuencias, y muchas; y a lo mejor pensaís que no pasa nada, que ese tipo de cuestiónes se evitarían porque la gente será razonable y punto; no, las ideas tiran de la sociedad, y una concepción del mundo concreta tiene muchas consecuencias, por ejemplo, en una esfera tan sensible como es el derecho penal; no es lo mismo una concepción del bien jurídico abstracta que concreta, no es lo mismo la concepción de Hegel y el retribucionismo jurídico, que la concepción de Von List de resocialización o inocuización subsidiaria, o que la concepción de Roxin en sus tres momentos; y cuando digo que no es «lo mismo» no lo digo a nivel teórico, (que también), sino a nivel práctico; esto es, que un juez que te va a juzgar tenga una u otra concepción sobre la pena y que caigas en uno u otro sistema legal, te importa y mucho; porque de ello depende tu condena y puede ser tan distinta por un mismo hecho como de 20 años, con o sin reducción de condena o con o sin la opción de libertad condicional y hasta cadena perpetua, fíjense si no es relevante, y les aseguro que no exagero.
¿Porqué fundo la comunidad en la comunicación?; bien, primero porque estando dentro de un contexto es imposible no comunicar (en antención a que todo comportamiento humano es comunicación y que es imposible no comportarse ex Watzlawick) (y por tanto porque es imposible no salirse de la comunidad) Cuando hablamos de contexto, hablamos, en primer lugar de la realidad, no en tanto que esta o esta otra realidad sino la realidad en tanto que realidad, los interlocutores han de ser reales y aprehender al otro como real (o quizás mejor que aprehendan las cosas en una misma habitud, pero no entramos en esto) estando ambos en la realidad (quizás religados), no importa que se encuentren en el mismo o distinto lugar, lo que importa es que puedan percibir los gestos (palabras, gestos y actitudes) del otro como un proceso comunicativo, hablamos de unas concepciones del mundo similares (más o menos los miembros de una comunidad entendemos de forma similar las cosas y las relaciones, pero su ausencia quizá no impida totalmente la comunicación aunque la dificulta; hago alusión aquí a las metáforas de Lakoff; pero hay otros ejemplos como el del Yanki y el latinoamericano) y también las relaciones entre sus miembros; porque la comunicación produce, y esto a su vez afecta a la comunicación misma, porque afecta al contexto, relaciones (sean de igualdad, complementariaedad (jerarquica) o metacomplementariedad (del tipo te permito que seas libre)) y de la confianza, no puede haber comunicación sin un mínimo de confianza; una vez habido esto; aparece la organización de forma emergente y se asignan funciones a sus miembros que luego pasarán también a integrar parte del contexto.
Con esto hemos creado una comunidad en sentido amplio; ¿Qué pasa que cualquiera que se comunique con nosotros forma parte de nuestra comunidad, claro, en un sentido relativamente amplio sí. Y digo relativamente porque no es tan amplio ¿entonces no existiría una comunidad española o argentina, porque es imposible comunicarme con todos los españoles o los argentinos? Claro, pero es que en ese contexto podemos introducir, siempre en un nivel distinto, un «metacontexto» (por ponerle un nombre) o un «contexto digital» que constituiría una comunidad digital y que vendría integrado por las normas juridicas, los mass media locales, los mitos, las costumbres, la tradición de un pueblo, que daría lugar a un tipo de comunicación múcho más compleja (se crean instituciones políticas que en última instancia son emisores de comunicación) y, en todo caso, de tipo digital (miento, también analógico, si tenemos en cuenta la potestad sancionadora del estado); por eso, si queremos, podemos distinguir dos tipos de comunidades una de tipo analógico (la que se produce con un contexto más o menos cercano o analógico, porque lo percibo directamente) otra de tipo digital (que vendría constituída por una digitalización del contexto y de la comunicación; digo de la comunicación porque el hecho de que estemos en un contexto digital llamado España o Argentina o lo que sea y que estaría constituído por las normas, las costumbres, los mitos, las anécdotas sociales etc… Hace que en cierto sentido estemos «comunicados» aunque no lo hagamos directamente; como lo demuestra el hecho de que grandes masas de población estén tratando los mismos temas «eurovisión» el último partido de futbol, los problemas del gobierno y de la oposición, incluso con los mismos argumentos (hasta con frases literales) y opiniones) En esta comunidad digital me resulta muy difícil hablar de identidades, (salvo, claro, en un sentido imaginaro, o abstracto) porque al estar constituídas por un contexto de tipo digital, dificilmente pueden atribuírsele hechos históricos (decir que la Alemania nazi es culpable del holocausto, claro, no sé hasta que punto podemos atribuirlo a la «comunidad digital alemana» o quizás a individuos concretos que configuraban una «comunidad analógica») En cualquier caso cuando a una comunidad se le atribuyen hechos históricos, haciéndose presente en la historia como tal comunidad surge la identidad (en sentido concreto) las identidades comunitarias (quizá mejor que las comunidades identitarias). Más allá de esto podemos hablar de otro tipo de comunidades, las comunidades a las que nos referíamos en un anterior post, que serían unas comunidades en sentido más reducido, como aquellas en las que habiendo comunicación y también contexto analógico hay además interacción directa entre sus miembros; pudiendo hablar también si queremos, de comunidades fraternales, en un sentido concreto.
¿Porqué me empeño en el sujeto? Porque el sujeto es lo que debe ser, en todo caso, objeto de protección; es evidente que el sujeto no es nada aislado en el mundo, no sólo porque necesito a la sociedad para vivir, es que no cabe otra manera, de hecho yo nunca hablaría de contrato social ni nada parecido, no hay contrato social en la medida que al hombre no le cabe otra alternativa, un contrato se funda en la autonomía de la voluntad, y en la libertad de opciones, no podemos hablar de contrato, ni aún en sentido metafórico, cuando no hay alternativa, el hombre surge en la sociedad, y no sólo en sino por, podríamos decir que el hombre es hijo de la sociedad, pero claro, no acaba aquí la cosa porque la sociedad es hija del hombre, eso quiere decir que no hay prioridad de uno frente al otro, es una especie de respectividad (y es probable que diga alguna tontería, quizá algún zubiriano pueda corregirme) pero ante todo si me centro en el sujeto y no en la comunidad o en la sociedad es porque el sujeto es sustantivo, y la sociedad no; citando a Zubiri; «La sociedad no tiene sustantividad plena: es tan sólo un momento de la sustantividad de los individuos,
- Y como la sustantividad de los individuos es una estructura, hay que decir que la sociedad es un momento estructural de los individuos entre sí: La sociedad no es una sustancia, es una estructura, 255.
Y esto ¿Qué significa? Pues significa que el sujeto no puede ser definido realmente sino en modo tautológico (como yo hice en el anterior post «el sujeto es lo que sustenta la comunidad» «la comunidad es la comunicación y la interactuación entre sujetos») y que no obstante puedo saber que tengo a un sujeto delante de mi, por aprehensión primordial, (como decía en el otro post, en el abrazo, en el beso en la lucha, conozco a los sujetos) y sin embargo no puedo saber nada sobre la Sociedad sino tras pensar en ella y por tanto definirla como «conjunto de sujetos o lo que sea…» y eso significa que si alguien golpea, mata o humilla a un sujeto surge en mi una suscitación de defensa que hace que esa acción sea reprochable (o antijurídica en sentido material) y por tanto no sólo que pueda defenderlo incluso lesionando al agresor (en lo que se ha llamado legítima defensa) sino que tenga la obligación de auxiliarle (porque a su vez el comportamiento de pasividad del que niega el auxilio puede ser visto por un tercero como un acto antijurídico) y además que pueda castigar al agresor, (pero claro siempre que el castigo no sea tampoco reprochable a su vez por que suscita la defensa de un tercero que lo observa) si a esta suscitación de defensa que todos tenemos (a todos nos impresiona y nos sucita defensa una injusticia o una agresión y ello aunque no actuemos) se le quiere llamar fraternidad, pues vale, me parece bien; pero aún así, esta concepción de fraternidad, exige para funcionar la comunicación; porque sin comunicación seríamos como esporas aisladas en el vacío.
Con esta concepción protegemos al individuo, porque no podemos expulsar a un individuo de la sociedad, y no hacemos depender el concepto de sujeto del comportamiento del individuo, aquí el sujeto sería sujeto aunque se comporte de modo «no fraternal» y eso significa que en tanto que sujeto ha de ser también objeto de protección por el resto de la sociedad, y a partir de la protección de todos los sujetos protegemos también a la sociedad; y negando que la comunidad se constituya por la fraternidad (porque eso significaría que puedo salirme de la comunidad siendo «no fraternal» y una vez fuera de la comunidad perdería mi condición de sujeto, tal dice Boyle «Es por eso que no sabemos si podemos llamar “ser humano” a alguien que tiene una taxonomía humana pero se maneja como un salvaje, como en la discriminación “civilización o barbarie” o por el contrario si reconocemos conductas “humanas”, citándolo a Onfray, en los “campos de concentración”» y si pierdo mi condición e sujeto sería legítimo tratarme como objeto; y niego también que la comunidad sea anterior al sujeto, primero porque eso puede decirse si no sacamos ninguna conclusión sobre ello, pero si ello nos lleva a decir que hay que proteger a la sociedad por encima del sujeto, entonces llegamos precisamente a lo que el amigo Carlos Boyle, digo yo, quiere evitar, que se sacrfiquen vidas humanas, en aras a la defensa de un bien común, (como precisamente hicieron los nazis para la creación de una Comunidad Alemana perfecta)
Repito no podemos salir de nuestra condición de sujetos, ni tampoco de nuestra condición de seres sociales.